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Cada diciembre, la compañía Pantone, líder mundial en temas de color, da a conocer lo que llama el “color del año”. No es una sugerencia ni un capricho: desde hace tiempo se ha convertido en una referencia para las industrias de la moda, la belleza y la decoración.

 

Bueno, pues la marca que es algo así como la madre de todos los colores acaba de anunciar que el Pantone 18-3838 Ultra Violeta estará en nuestras preferencias durante 2018. ¿Y qué significa? “En estos tiempos necesitamos inventiva e imaginación, el tipo de inspiración creativa que es inherente a este color, un morado con base azul que lleva nuestra conciencia y potencial a un nivel más alto”, dice Leatrice Eiseman, directora del Instituto del Color Pantone. “Desde explorar nuevas tecnologías hasta el universo exterior, desde la expresión artística hasta la reflexión espiritual, el Ultra Violeta ilumina el camino hacia lo que viene”.

ANTES, LA SUBJETIVIDAD

Lo primero que uno puede preguntarse es: ¿qué credenciales le dan a esa empresa la prerrogativa de ”privilegiar” un tono cada año? Quizá la respuesta inmediata sea: su liderazgo. Hasta 1963, los diseñadores, los editores, las marcas y las agencias de publicidad pisaban arenas subjetivas cuando querían hablar de un color específico. Cada quién tenía un tono en la mente y lo que para uno era un azul rey, para otro era sólo azul fuerte, es decir, la versión cromática del dicho mexicano “Qué tanto es tantito”, porque todo era asunto de interpretación.

 

Entonces Pantone estableció un estándar de composición de colores y se convirtió en la referencia obligada: si alguien mandaba a la imprenta o a la maquiladora tal número de tono, todos estaban tranquilos. Hoy, las guías Pantone funcionan como un lenguaje universal cuando se habla de color, sea para impresión en papel, cartón, metal, tela, plástico, metal u otros materiales.

EXPLORAR (Y ADIVINAR) LA PSICOLOGÍA

¿Y con base en qué criterios se elige el “color del año”? El propio sitio explica que el Instituto del Color Pantone tiene pronosticadores de tendencias en varios países, que buscan percibir nuevas olas de interés y asegurar que sus paletas son relevantes en cada mercado. De alguna forma, la empresa explora la psicología del consumidor y anticipa sus gustos, con el objetivo de ofrecerle una gama que responda a lo que quiere, lo que necesita.

Como contexto, el color elegido para 2017 fue el Greenery 15-0343. Remitía a la inquietud por una vida más sana, además del interés mundial por el medioambiente y la búsqueda global de una reconexión con la naturaleza. “Greenery es un tono fresco y enérgico de verde que evoca los primeros días de la primavera, cuando el verde renace, se restaura y revive […] invita a respirar hondo, a oxigenarse”, señalaba el sitio web. En 2016, Pantone propuso rosa y azul pastel, como contrapeso a la inestabilidad mundial, y en 2015 optó por un tono terroso, que evocaba una vuelta al origen.

 

LO QUE SIGUE

La marca se arriesga ahora que acaba de dar a conocer el “color 2018”, al proponer un tono que refiere a temas abstractos, relacionados con creatividad, imaginación y, sí, un cierto deseo de escapar. Con el Ultra Violeta, Pantone señala una ruta a seguir, porque además de proponer ese acento, también ofrece posibles combinaciones y contrastes con otros tonos, para comunicar determinados estados de ánimo, actitudes, atmósferas.

Y aunque suene demasiado lírica la explicación de que el Ultra Violeta “ilumina el camino hacia lo que viene”, con toda seguridad responde a una inquietud de hoy. Así que, nos guste o no, el año entrante veremos muchos productos de esa gama cromática, junto con otros que la potencian o contrastan. Vale más irnos acostumbrando.

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