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La industria de la pornografía lidia con un problema mayúsculo: aunque cuenta con un bagaje de millones de videos disponibles 24 horas de todos los días, no los puede compartir en redes sociales. Por otro lado, las estrategias convencionales de SEO también obran en su contra: ¿quién quiere vincularse a contenido “ofensivo y sexista”, como se le suele considerar?

Aunque en este caso no funciona el marketing tradicional, no importa: su tráfico no deja de crecer. Según el sitio TechAddiction, actualmente alrededor de 35 % de las descargas a nivel mundial corresponden a la categoría para adultos. Y de acuerdo con el reporte anual 2016, Pornhub recibe 64 millones de visitas diarias.

El listado de SimilarWeb coloca a XVideos.com en el lugar de mayor tráfico en esta categoría y el 17, a nivel mundial. El tiempo promedio de visita rebasa los 11 minutos, sin embargo, apenas 2 % de su tráfico viene de redes sociales y 0.17, de anuncios pagados. La pregunta es ¿cómo lo logra?

Aquí, algunas de las cosas que podemos aprender de esta industria exitosísima y, digamos, atípica.

 

  1. No está mal regalar (un poco de) contenido

Es insaciable la demanda en Internet por contenidos gratis, pero también es más real que nunca el increíble negocio que el porno representa. ¿Cómo salir avente con esa combinación? Todo está calculado. Regalar videos seleccionados no es visto como una pérdida, sino como el “gancho” para darse a conocer entre el público objetivo y conseguir su lealtad. Más tarde, cuando el sitio ofrece contenido premium a buen precio, el usuario no puede resistir la oferta.

 

  1. Cuidar las Relaciones Públicas

Para mantenerse en el Top of Mind, los creadores de material XXX realizan un fino trabajo de comunicación y relaciones públicas. Por un lado, se involucran en campañas que les aportan empatía, como donar fuertes cantidades de dinero para prevenir el cáncer de mama. Luego, se aseguran de que medios como Huffington Post, BuzzFeed y Mashable se interesen por la nota: más que cacarear el huevo, logran que otros lo hagan por ellos.

En lo que va del año, Mashable ha posteado siete noticias sobre PornHub, entre ellas, el hecho de que cuando una corte rusa obligó al activista Alexander Litreev a bajar un video crítico del presidente Vladimir Putin, Pornhub le abrió las puertas para colgarlo ahí. Ahí hay otra prueba: aprovechan cada oportunidad para dar tema de conversación.

 

  1. Empaquetar bien el contenido

Las mentes detrás de este negocio saben bien cómo envolverlo. Igual que en algunas farmacias todavía envuelven en papel opaco las toallas femeninas (¿?), Pornhub crea anuncios de este tipo, que parecerían vender suéteres o el servicio de atención para ancianos. Nadie se escandaliza y el sitio consigue nuevos usuarios entre los viejitos. ¿Qué hay que aprender? Que no sólo importa el contenido, sino la manera de entregarlo.

 

  1. Usar inteligentemente las redes

Estrellas internacionales como Nacho Vidal (241 mil seguidores en Twitter), Carter Cruise (177 mil) y Alana Evans (138 mil) son mucho más que actores XXX: también son empresarios, blogueros, creadores de marca. Es decir, tienen una historia que contar a sus seguidores, de modo que hablan de ella, comunican sus actividades, se venden. Cuánto conviene aprender a conectar con la audiencia a través del manejo inteligente del Storytelling.

 

  1. Nunca soltar la vanguardia

El porno sabe aprovechar al máximo las tendencias. El año pasado Pornhub lanzó BangFit, una app que te permite medir tu ritmo cardiaco y la quema de calorías durante el sexo. Además, propone posturas indicadas para ejercitarte mientras lo disfrutas.

Por otro lado, los creadores de porno saben subirse al primer asiento en el tren de la tecnología. La venta online y el streaming fueron aprovechados por los creadores de pornografía, antes que nadie. Más recientemente ocurrió lo mismo con los lentes Google y el sistema de videojuego Oculus Rift, que permite una experiencia total de inmersión. La lección es obvia: no dejar que nadie te gane el primer lugar en innovación.

De modo que sí, la industria de las tres equis tiene mucho que enseñar (en todas las acepciones del verbo).

 

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