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Hace unos días, la asociación conservadora Frente Nacional por la Familia tuvo ¿a bien? intervenir un anuncio de la campaña #NoEsLoMismo, lanzada recientemente por Larousse Latinoamérica, empresa de larga historia en México dedicada a la elaboración de diccionarios de lengua.

El anuncio original de Larousse va dirigido contra el acoso sexual en el transporte público. Tiene el tino de no caer en los sermones y la estrategia es simple, pero no fácil: detrás está el trabajo de un equipo creativo inteligente. #NoEsLoMismo establece, por ejemplo, No es no, es decir que si una mujer rechaza establecer algún tipo de contacto con un hombre éste debe entenderlo como tal, no como una negativa juguetona, que en realidad quiere decir sí.

Hasta ese punto, la campaña ya había llamado la atención a partir de dos principios fundamentales del Storytelling:

  1. Cada anuncio cuenta una historia, con antecedente implícito, conflicto y propuesta de solución. Por ejemplo, en “Bombón es un dulce esponjado de azúcar. No una mujer”, el antecedente es el uso extendido de palabras y frases que cosifican a la mujer, equiparándola con un dulce que puede comerse a voluntad. El nudo es el acoso que implica supuestamente halagar a una mujer en el transporte público llamándola bombón, con una cierta carga de poder masculino sobre ella. La solución es tomar conciencia del hecho de que el hombre no es dueño de la mujer, como podría serlo de una cosa.
  2. La propia historia exhibe por sí misma los valores la sustenta. En otras palabras, no incluye moraleja ni explicación. Deja que el público saque sus conclusiones.

 

Bueno, pues en la página de Facebook Yo decido x la familia, relacionada con el Frente Nacional por la Familia, alguien decidió que podía aprovechar uno de los anuncios y retocarlo para exponer sus ideas. Entonces esa mano oscura tomó la imagen de Larousse “No es no” y le añadió frases deslumbrantes: “Si es Si. Mamá es Mamá. Papá es Papá. Niño es Niño. Niña es Niña. Biología es Biología #NoALaIdeologiaDeGenero”. Y además tuvo la elegancia de dejar el logo de Larousse.

Aunque el Frente Nacional por la Familia publicó en Facebook un mensaje en el que se desvincula del plagio, lo cierto es que éste va en idéntica línea conceptual que el Autobús de la Libertad, financiado por ese grupo de ultraderecha.

Entonces los creativos de la empresa editorial respondieron, cómo no, con ingenio y oportunidad. La cuenta de Twitter @Larousse_latam se deslindó del uso discriminatorio dado a su campaña y lo acompañó de una nueva imagen, con la definición de la palabra plagio: “robarse la creatividad y el esfuerzo de otros”.

La irrisoria escaramuza textual logró varias hazañas:

  1. Exhibió la rusticidad funcional que caracteriza a los grupos dogmáticos, al ignorar los acentos en “sí”, “ideología” y “género”, además de poner en mayúsculas el segundo sustantivo de cada una de las frases (¿para qué?).
  2. Pasó por alto un concepto que sus líderes deben haber oído, aunque sea lejanamente: el derecho de autor.
  3. Se mostró como lo que es, un rebaño de ovejas fieles a su causa, detentador de la superioridad moral de querer imponer a todos su estrechez de miras pero, eso sí, con un hondo sentido del humor. Del involuntario, claro.
  4. Le dio nueva fuerza a la campaña de Larousse, al hacer que en las redes sociales muchísima gente opinara sobre el tema.

Esta vez, el Frente Nacional por la Familia se tropezó metafóricamente con un diccionario Larousse. Ahora sería buena idea regalarle uno, para ver si sus miembros un día aprenden a usarlo.

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