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Por Damián Malfatti, director de TOTVS México

¿Sabías que México es responsable por la producción de más de un tercio del aguacate que se consume en todo el planeta? México es el mayor productor de esta fruta en el mundo y su cultivo ha crecido de forma constante desde su consolidación como producto agrícola de exportación, alcanzando más de 2,900 millones de dólares en transacciones internacionales en el último año, con un crecimiento de más de 170% en esta década.

De forma práctica, con la globalización del aguacate, México aporta 3 de cada 10 toneladas producidas en el mundo. El país exporta el 97.12% de su producción a 8 países: Estados Unidos, Canadá, Japón, España, Honduras, Países Bajos, El Salvador y Francia. Siendo los dos primeros los principales destinos, pues más de 1 millón de toneladas son enviadas al norte de la frontera.

No hay dudas que el aguacate es un superalimento. Pero hasta los superalimentos necesitan una ayuda de vez en cuando. El negocio del aguacate en México está experimentando una transformación. Este mercado, estaba muy fragmentado y dependía de los canales tradicionales de distribución, de tal forma que ha evolucionado hacia un negocio multicanal más complejo que requiere el desarrollo de nuevas estrategias de gestión y negocios para su efectiva funcionalidad.

Esta evolución está siendo impulsada por la creciente complejidad de la cadena de suministro de esta fruta, así como por las variaciones en las demandas de los consumidores provocados por los fuertes cambios que hemos experimentado en el mercado. Como consecuencia, muchos productores buscan soluciones para optimizar sus operaciones y aumentar la productividad, desde el campo hasta su gestión.

Esta es una industria muy atractiva para los inversionistas extranjeros, ya que tiene una alta tasa de crecimiento. Por ello, también requiere de importantes conocimientos técnicos para su producción, así como inversión en la tecnificación y mejora del cultivo. Pero, el momento de inestabilidad parece maximizarse en los últimos años y eso demanda una mayor adaptabilidad y flexibilidad para poder eludir los factores naturales, climáticos, sociales y políticos que impactan directamente esta industria.

Para esto, es necesario aprovechar las soluciones ya existentes en el mercado. Un ejemplo, es el uso del ERP, un sistema avanzado, robusto y ágil que ayudaría a las empresas del sector –independientemente de su tamaño– a gestionar sus operaciones, organizando, unificando y poniendo a disposición del empresario todas las informaciones necesarias para tomar decisiones mejores, más rápidas e inteligentes; y consecuentemente, aumentar la productividad, mejorar el servicio al cliente y reducir los costos mediante la automatización de los procesos administrativos y operacionales, que muchas veces llegan a ser burocráticos y una pérdida de tiempo para el empresario.

También, es importante invertir en tecnología especializada para la agroindustria, enfocada en el multicultivo, que permite gestionar todas las etapas del proceso productivo, desde la elección del área de siembra hasta el pesaje y acabado del producto, pasando por el uso de insumos, siembra, cosecha y procesamiento. Este tipo de sistema da como resultado un salto de calidad en el cultivo, ya que controla todo lo que sucede en cada finca y en cada propiedad, permitiendo identificar cuellos de botella en la producción y fallas en los procesos que pueden costar mucho para la rentabilidad y productividad de la operación. Además, la tecnología también permite mejorar el control de malezas, insectos y enfermedades en el campo, con un alto impacto en la producción. Así se produce más, con mejor calidad y más valor de mercado.

Este sistema que puede integrarse con ERP y también incorpora tecnologías de movilidad e Inteligencia Artificial (IA), para que el productor pueda gestionar la plantación y el negocio con mucha más eficiencia y flexibilidad. Esto se debe a que es posible controlar varias propiedades agrícolas con un mismo sistema, con la opción de configuración regional para administrar todo en la plataforma, con seguimiento de la administración operativa, financiera y comercial en cualquier momento y lugar.

Tenemos un claro ejemplo de eso, con un importante cliente del estado Michoacán, que se dedica al ramo del aguacate por más de 15 años y ahora han visto de cerca la importancia de digitalizar su gestión, apostando por soluciones tecnológicas de TOTVS como ERP, TOTVS Fluig y la nube; ya que ellos ofrecen el servicio de outsourcing para las empacadoras como apoyo en la complicada tarea de acopiar aguacate de frente a un ambiente de creciente demanda y competencia, manejando volúmenes muy vastos de tonelaje por temporada. Por eso, vieron en la tecnología de TOTVS una aliada para consolidar una gestión óptima para las exigencias del mercado local e internacional.

La tendencia para este sector es positiva, como lo ha sido ya por algunos años consecutivos. De hecho, la balanza comercial del sector agro presentada en 2021 tuvo el tercer mayor saldo positivo en 27 años; en 2020 fue el segundo más alto de la historia (Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural). Para mí, que acompaño de cerca el sector agro, veo esta onda de crecimiento del cultivo de aguacate a más de 10 años –con tendencia a aumentar– eso es una buena señal. Pero aun así, no podemos descuidarnos, el mundo está cambiando a un ritmo acelerado y demanda innovaciones constantes para sobrevivir al mercado y mantenerse delante de la competencia, cada vez más agresiva.

Creemos firmemente que la tecnología es esencial para transformar el modelo de negocio del aguacate para que cuide las necesidades locales y maximice los potenciales de productividad y eficiencia a los niveles de la competencia global, al mismo tiempo que mejora las prácticas de sostenibilidad en toda su cadena productiva, velando por las primicias del ESG que todo empresario en este sector debe seguirlas fielmente, desde la cosecha hasta su venta, aportando componentes claves para los agricultores que buscan transparencia y rentabilidad con responsabilidad.

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