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Autor: Kathrin Triebel, Directora Global de Relaciones Humanas en OTRS AG

 

El trabajo de medio tiempo en puestos ejecutivos es la excepción. A pesar de que el tema sobre la reducción de horas laborales ha adquirido mayor importancia frente a los cambios en la organización familiar y las cargas de trabajo pesadas, pocos podemos pensar en un director de medio tiempo. Detrás de la pregunta de cómo se habrán de gestionar todas las tareas cuando un director salga de trabajar más temprano que los demás yace un modelo a seguir que se ha formado durante décadas en vez de un obstáculo real. Esto es un dilema, en especial para las mujeres (jóvenes) sumamente calificadas que han invertido años en su educación y están preparadas para asumir más responsabilidades.

 

Los ejecutivos de medio tiempo pueden ser tan competentes y exitosos como los de tiempo completo, simplemente en una escala de tiempo más pequeña, pero son más organizados y productivos que el promedio. El desafío más grande para los puestos directivos de medio tiempo es la carga doble, ya que lograr un equilibrio entre la familia y el trabajo no necesariamente cambia las prioridades de manera fundamental, pero si agrega prioridades nuevas. Para no perderse en el ir y venir entre los dos mundos y evitar que la carga doble se convierta en una sobrecarga, es esencial aprender a decir “no” y delegar tareas, tanto en la vida laboral como en la personal. También es importante aprovechar por completo la digitalización y las oportunidades que brinda, como alejarse de una dirección presencial y avanzar hacia una dirección enfocada en resultados.

 

Igualmente importante, aunque poco abordada, es la actitud del director de medio tiempo. ¿Qué ayuda a un director de medio tiempo a lograr un buen equilibrio entre la vida laboral y personal? El diseño teórico de los modelos de tiempo laboral debe aplicarse con éxito en la práctica. Es útil crear un perfil claro de los requerimientos y tareas para poder determinar cuáles son los requerimientos en términos concretos, cuáles son las tareas principales y cuáles de estas tiene que llevar a cabo el propio director. Con ese fin, también es esencial distinguir las tareas administrativas de las especiales. Las tareas administrativas no pueden delegarse, aun siendo un director de medio tiempo, pero las especiales sí. El liderazgo de medio tiempo requiere coordinación y una comunicación clara, pero también ayuda a los directores a delegar más responsabilidades.

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