Compartir

Ciudad de México, 27 de abril de 2021 – A partir de que el comercio electrónico en México creció 81% durante 2020, según la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), y que, de acuerdo con la Comisión Nacional de Bancos y Valores (CNBV), el 68% de los adultos en México usa al menos un producto financiero, ampliar los métodos de pago para los consumidores cobra gran relevancia. Si además tomamos en consideración la alta penetración de teléfonos inteligentes en el país, que en 2020 llegó a 80.9 millones de usuarios, así como la conveniencia que ofrecen las billeteras digitales tanto para quienes ya son usuarios de servicios financieros como a consumidores no bancarizados, éstas se han convertido en una de las apuestas para cerrar la brecha en términos de inclusión financiera.

Para poder ofrecer las e-Wallets como una forma sencilla y segura para enviar dinero entre personas, los bancos están obligados de una manera u otra, a transformarse digitalmente. Sin embargo, aquellas instituciones tradicionales con infraestructuras tecnológicas complejas y costosas están encontrando dificultades para lograrlo. De acuerdo con diversos reportes, solo uno de cada cinco proyectos de transformación digital, incluidos los de las instituciones financieras, tiene éxito.

No hacer nada es una opción para los bancos, pues incrementa las posibilidades de que los clientes existentes abran cuentas digitales con otras instituciones, lo que disminuye potencialmente su participación en el mercado e implica un mayor riesgo de deserción de clientes. Una investigación interna de Mambu reveló que, en los siguientes cinco años, un banco con una base sólida de 5 millones de clientes podría experimentar una deserción hacia bancos digitales de 1.49 millones de clientes (casi uno de cada tres).

“Los bancos deben concentrarse en encontrar una forma más eficiente de adoptar la ola digital. Es importante que utilicen plataformas flexibles y abiertas para enfrentar el cambio. En ese sentido, deben trabajar en acelerar la velocidad con la que lanzan productos digitales para responder a las necesidades de sus clientes”, señala Edgardo Torres-Caballero, director general para América Latina de Mambu.

El uso de tecnologías emergentes en la arquitectura de las instituciones financieras se vuelve clave tanto para innovar, como para acelerar el tiempo de lanzamiento de nuevos productos así como las billeteras digitales, a menudo en cuestión de semanas y a costos mucho menores. Actualmente hay tres tecnologías que están moldeando la transformación de las instituciones financieras.

  • La nube pública. Deloitte resalta que el éxito de la reingeniería de procesos y las iniciativas de digitalización con tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial, dependen de la computación en la nube. La nube es fundamental para que los bancos puedan mantenerse ágiles y lanzar nuevos productos de manera rápida y rentable. Esto permitirá que las instituciones tradicionales compitan con empresas fintech, caracterizadas por ser ágiles.
  • Arquitecturas por componentes. La ventaja principal de este tipo de arquitecturas abiertas radica en la posibilidad de crear el ecosistema que la institución necesite al elegir las tecnologías más eficaces e innovadoras (best-of-breed) en forma de que estén disponibles en el mercado y que se conectan a través de APIs. Estos componentes, sistemas y conectores independientes pueden combinarse para crear productos digitales que satisfagan las necesidades del negocio y las demandas del usuario final.
  • Plataformas de SaaS. De acuerdo con una investigación de Mambu, la adopción de plataformas que operan bajo el modelo de software como servicio (SaaS) permite a las instituciones reducir los costos operativos hasta en un 72% en comparación al uso de infraestructuras tradicionales. Esta disminución se deriva de que a través de este modelo la institución paga únicamente por la tecnología que consume. Además, las instituciones contratan una plataforma completamente desarrollada, para la que no tienen que codificar, con lo que ganan agilidad y se concentran en configurar e integrar. Finalmente, garantiza que sus sistemas se mantengan vigentes, incluso con el paso del tiempo, pues reciben las actualizaciones de la plataforma de inmediato.

La adopción de estas tecnologías contribuirá en gran medida a la innovación del sector, lo que a su vez ayudará a cerrar la brecha en cuanto a la inclusión financiera del país. Las instituciones financieras, principalmente los bancos tradicionales, están obligados a responder con agilidad a las demandas del mercado. Pero, para hacerlo, es necesario que superen las limitaciones que imponen sus tecnologías legadas.

Acerca de Mambu

SaaS, nativa en la nube y orientada al uso de APIs. Todo esto describe a Mambu, la plataforma de servicios bancarios y financieros, líder en el mercado. Creada en 2011, Mambu puede acelerar el diseño y la creación de casi cualquier oferta financiera -bancos, prestamistas, fintechs, entre otros. Su exclusivo método componible hace posible ensamblar componentes, sistemas y conectores independientes en cualquier configuración para satisfacer las necesidades del negocio y las demandas del usuario final. Mambu cuenta con 500 empleados que dan soporte a 180 clientes en más de 65 países, incluyendo N26, OakNorth, Tandem, ABN AMRO, Bank Islam y Orange Bank.

Compartir