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Una de las necesidades trascendentes del humano es generar la capacidad de reinventarse una y otra vez. Sin embargo, es un error común enfocarse en los cambios de afuera y no dentro de uno mismo. No son los cambios propios de la vida o del entorno los que nos hacen cambiar o crecer, sino aquellos que generamos con la fuerza de voluntad. Sin voluntad y carácter no hay cambio y si no hay cambio no hay inteligencia.

Hacer cosas diferentes implica ser diferente

Einstein dijo que la “locura” es seguir haciendo lo mismo esperando resultados diferentes; buscar éxito sin cambiar quienes somos cae en la misma categoría. Es aplicable tanto en personas como organizaciones. Tratar de mantener las cosas tal y como están permanentemente, quedándose estático no es productivo y no estimula el uso de la inteligencia. Cambiar es un proceso complejo, requiere de mucha energía y de saber usar nuestros recursos, y para esto se requiere inteligencia.

Cambiar implica entrenar al cerebro a construir sinapsis nuevas con el apoyo de la mente, y esto sólo es posible con la voluntad de dominar el pensamiento y dirigirlo hacia la vida que queremos.

No nos enseñaron pensar en términos de deconstruir y reconstruir en el aspecto mental y de conciencia; nos convertimos en determinado tipo de observador construyendo esquemas que se vuelven obsoletos y es común negarse a admitirlo. La inteligencia nos permite reconocer y transformar el tipo de observador que somos, contando con un campo de acción mucho más amplio. “Cuando alguien te apunta con un arma a la cabeza, hay 146 cosas que puedes hacer” (Harvey Specter, Suits)

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Preguntas para reflexionar (Benjamin P. Hardy, 2018):

¿Cuánto consideras que has cambiado en el último año? O en los últimos 5 años?

¿Te estás enfrentando a un nuevo reto?

¿Qué nuevos libros has leído que te han cambiado un paradigma?

¿De qué traumas o dolor reprimido te has liberado?

¿Qué adicciones te están separando de vivir tus sueños?

¿A qué roles o personalidades que no te correspondan te sigues apegando?

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El cambio y la relación con nuestros padres

 Uno de los componentes fundamentales para hacer cambios positivos y llevar una buena vida es desarrollar una relación sana con los padres; estén vivos o no. Por lo regular es una relación con bagaje, por lo que es necesario superar sus deficiencias sin juzgarlos.

Implica una actitud resolutiva de perdón hacia ellos y verlos de una manera apreciativa, amorosa y honorable aun cuando su comportamiento haya sido cuestionable. Esto no significa que debas sostener una relación con ellos si los percibes abusivos o tóxicos, pero deberá trabajarse por lo menos en tu plano emocional, transformando el tipo de observador que eres.

Este es el cimiento de tu capacidad de evolución. Esta relación es muy importante para que generes la habilidad de cambiar según tus elecciones, y no por reacción a la tragedia. Siendo tu relación más fundamental, estás haciendo una elección que quedará entre tu y tu poder, no se trata de los padres.  Mientras estés vivo estarás sujeto a ser dos cosas: dueño de tu poder transformando el tipo de observador que eres, o una víctima de los cambios y los sucesos.

Cambiar interiormente suena sofisticado pero tu cuerpo-mente lo necesita.

Una ley de negocios muy conocida dice “renovarse o morir”. Tu cuerpo-mente es 100% comparable con el comportamiento de una organización. La herramienta clave para renovarse es voluntad + estar abierto a nuevas experiencias con el botón “aprender” encendido (please). Puedes conservar un sistema de creencias que para tu ser ya es obsoleto durante el tiempo que sea, pero tarde o temprano el hecho de que temas esenciales en tu vida no funcionen a pesar de todos tus esfuerzos, será evidente.

Esforzarse y fracasar es parte del proceso “prueba y error” para aprender y hacer ajustes, sin embargo, esto nunca consumirá toda tu energía como lo hace el resistirse al cambio y tratar de mantener todo en el mismo status, sin tocar fibras sensibles, sin arriesgarse a deconstruir y reconstruir sobre buenos cimientos.

Un pequeño movimiento en la dirección correcta hará que experimentes un caudal de energía y motivación con el que llegarán más insights que aporten a tu vida y de paso a los demás.

“La vida es un salón de clases, si no estás aquí para crecer y aprender, estás perdiéndote el punto” (Benjamin Hardy).

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