- La decisión del CEO global de Amazon de obligar a sus empleados a volver a la oficina 5 días a la semana revivió la polémica: ¿es esencial la presencialidad para que una empresa sea productiva?
Después de la reconfiguración obligada por la pandemia en relación a los esquemas presenciales, híbridos o remotos, las empresas, más allá de su tamaño, industria o ubicación geográfica, toman decisiones que difícilmente pueden encasillarse en una tendencia.
El CEO de Amazon, Andy Jassy, anunció la eliminación del trabajo remoto. En el comunicado enviado a sus empleados, el directivo afirmó: “seguimos creyendo que las ventajas de estar juntos en la oficina son significativas y que los equipos tienden a estar mejor conectados entre sí. Creo que estos cambios nos ayudarán a lograr mejor estos objetivos, al tiempo que fortalecen nuestra cultura y la eficacia de nuestros equipos”.
Esta decisión contrasta con las medidas de otras empresas del sector tecnológico e incluso con las expectativas de los trabajadores. De acuerdo con el estudio Talent Trends Latam 2024[1], de la empresa de servicios de reclutamiento especializado para profesionales Michael Page, 57% de los talentos que regresaron a la oficina buscan activamente empleo y se sienten insatisfechos con sus roles actuales (64%).
Para Darío Peña, CEO de Nubity, el trabajo remoto permite disponer de talento altamente capacitado, sin restringirlo a un lugar. “La posibilidad de contratar una persona en cualquier parte del país o del mundo es un cambio positivo que nos dejaron los esquemas remotos, y es una tendencia que llegó para quedarse, sin dudas. No podemos limitar el talento por su ubicación geográfica. Priorizamos a la persona que coincide con los valores y propósitos de la empresa, más allá de su posibilidad o no de venir a la oficina”, agrega Peña.
En relación a la importancia de la presencialidad, el ejecutivo destaca que más allá de todos los potenciales beneficios que aporta el trabajo remoto, la presencialidad es ineludible para el buen funcionamiento de una empresa, “se genera un entorno de confianza y de colaboración al compartir el espacio físico, que no se da de otro modo. Además de que flexibiliza procesos y también es potenciadora de soluciones creativas y de detección de nuevas oportunidades”, agrega.
“Es cierto que ante una fuerza laboral que valora cada vez más la autonomía y la flexibilidad, debemos fomentar entornos de colaboración enfocados en aumentar la productividad, además de ofrecer beneficios y una motivación auténtica que incentive a los colaboradores a la presencialidad”, asegura Peña.
En la actualidad, dos de cada cinco candidatos en Latinoamérica priorizan el bienestar por encima de la carrera profesional, siendo Brasil el país con el promedio más alto (56%), Argentina con el medio (41%) y México el más bajo (36%), indica el reporte de Michael Page.
“El home office trajo retos como mantener y fortalecer la cultura laboral, o retener al talento, pero también nos ofreció diversas posibilidades. Las fronteras entre ciudades y países fueron borradas y el trabajo híbrido avanza. Por ello es fundamental darle a los colaboradores beneficios de acuerdo con las necesidades de cada organización y de cada persona”, precisa Peña, cofundador de Nubity.
Por su parte, Ricardo Migoya, cofundador de Maslow, plataforma de beneficios flexibles, dice que lo que está en juego es cómo las empresas renuevan sus propuestas de valor de cara a un talento cada vez más exigente que, además, prioriza el balance entre su vida personal y laboral. “Incluso habría que reconsiderar que la forma correcta de proponer la presencialidad sea como un beneficio, no como una obligación”, continúa el ejecutivo de Maslow, una empresa que se inscribe en la modalidad full remote, característica que le ha permitido tener una operación descentralizada entre varios países.
“La productividad de una empresa no debe depender de un factor como la presencialidad. Gracias a las herramientas digitales, a políticas claras y una cultura de trabajo en equipo, es posible crear modelos remotos o híbridos que se conviertan en una ventaja competitiva significativa para las empresas”, concluye Darío Peña.