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Por Carlos Schulz, Director Asociado de BTS México y Latam

 

El año 2023 ha dejado una marca indeleble en el vertiginoso mundo de la tecnología: la Inteligencia Artificial pasó de ser una promesa futurista a parte de nuestra cotidianeidad. Un reciente estudio de Microsoft identificó que la IA es aceptada por 7 de cada 10 personas en todo el mundo, demostrando cómo la adopción de herramientas basadas en esa tecnología se ha acelerado a un ritmo que desafía la comprensión.

Sin embargo, más allá del asombro por este fenómeno, es importante tener presente que esta velocidad de adopción -comparable solamente con la rapidez con la que el trabajo se volvió remoto durante la pandemia de Covid-19-, también supone desafíos para las organizaciones.

Ya sea para mejorar la comunicación con los clientes, delegar tareas administrativas, llevar a cabo trabajos analíticos complejos, o incluso para generar visuales creativas; la IA convive laboralmente con nosotros cada día. Casi sin darnos cuenta, hemos transitado del desconcierto de “¿qué es la inteligencia artificial?” a la urgencia de “¿cómo la integro estratégicamente en mi negocio?”.

 

Hay tres ingredientes clave para adoptar la tecnología basada en IA:

  • I.M. (Aplicaciones, Infraestructura & Medición): la adopción de la IA no se trata solamente de incorporar más y más tecnología a medida que esta va surgiendo. Requiere una sinergia entre Aplicaciones desarrolladas, Infraestructura y Medición de resultados. A corto plazo, es posible y aconsejable pensar en soluciones “listas para usar”. Sin embargo, a largo plazo, es esencial comprender qué servicios utilizar y cuáles modelos desarrollar internamente.
  • Capacitación: hay que comprender profundamente qué es la IA no solamente para poder aprovecharla, sino para abordar y prevenir riesgos éticos, legales y comerciales. La percepción pública y las regulaciones en torno a la IA están en constante evolución debido a preocupaciones sobre privacidad, seguridad y ética profesional. Para promover su uso responsable y consciente, será necesario educar a los usuarios.
  • Mentalidad: la IA no es solo una herramienta, sino un cambio de paradigma. Su implementación requiere una evolución en la mentalidad y en la forma en que los líderes y los equipos piensan y toman decisiones. La organización y cada uno de sus miembros deben comprender potencial y limitaciones de las herramientas basadas en IA, para incorporarlas y mejorar cómo trabajan y cuánto valor generan.

La Inteligencia Artificial llegó para quedarse, ofreciendo un potencial sin precedentes para las empresas que estén dispuestas a integrarla. Sin embargo, para convertir esta tecnología en verdadero valor para el negocio, las organizaciones deben generar una propuesta de A.I.M. integrada, desarrollar los conocimientos del equipo y cultivar una mentalidad que permita incorporar la AI a la cotidianeidad laboral.

A medida que avancemos vendrán más innovaciones en el campo de la IA, ya que las posibilidades son infinitas. Es emocionante y desafiante imaginar cómo esta tecnología continuará moldeando nuestro mundo, los equipos y compañías. Por eso la preparación para el futuro no sólo es deseable; es esencial, para no ser el último en tu mercado.

* Carlos Schulz forma parte del Centro de Innovación y Transformación Digital BTS para el sur de Europa y Latinoamérica. Es partícipes en la promoción de iniciativas estratégicas centradas en cambios culturales, desarrollo de capacidades y adopción de comportamientos.

** BTS es una firma de consultoría, transformación cultural y desarrollo de liderazgo que trabaja con líderes y empleados de todos los niveles de organizaciones alrededor del mundo; para ayudarles a implementar sus estrategias e iniciativas, tomar mejores decisiones, convertirlas en acciones relevantes y lograr mejores resultados de negocio, enfocándonos en aspectos de Cultura, Mentalidad y Capacidades. Tiene más de 30 años de experiencia, está presente en los 5 continentes y entre las compañías que han asesorado están Pan American Energy, Tecpetrol, Hochschild, Coca-Cola Femsa, Ternium, Repsol, AeroMexico, Rio Tinto, Enel, Sabic, Cepsa, Adif y Fedrigoni.

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