Compartir

Ciudad de México, 23 de enero de 2017 – En una era de disrupciones digitales y cambios políticos, se necesitan más que nunca, directores ejecutivos preparados para adaptarse a las nuevas necesidades y exigencias de los mercados globales. Sin duda, los diferentes estilos de un CEO, tienen un gran impacto en las compañías que dirigen, sus accionistas y empleados.

Un estudio realizado por Harvard Business Review, a más de 3.000 directores ejecutivos encontró que los 100 mejor valorados aumentaron el valor para el accionista en 1.385% durante su período y aumentaron el valor de mercado de sus compañías en 40.2 billones de dólares, en promedio.

Entonces, ¿qué características tienen los grandes directivos que hacen una diferencia en sus compañías? Estos elementos se dividen en dos categorías: rasgos personales y factores que indican un desempeño exitoso:

Características personales:

En primer lugar, el estudio relacionó la excelencia en consejería con el logro del 5% de tasa de crecimiento anual compuesto durante el tiempo de la persona como jefe ejecutivo.

Además, Los CEO excelentes mostraban una mayor probabilidad de demostrar comodidad con el riesgo si este era apropiado para su negocio y una propensión mayor a actuar decisivamente y capitalizar oportunidades potenciales. De hecho, los autores definen estas dos cualidades como la “esencia” de una personalidad de CEO.

Otros seis rasgos se manifiestan en los perfiles de personalidad de los CEO altamente exitosos:

1) Ambición y resiliencia

2) Pensamiento original

3) Orientación futura y capacidad de visualizarla

4) Capacidad de creación de equipo

5) Comunicación activa

6) La capacidad de mover a otros a la acción.

Grandes CEO: ¿Qué tienen y qué hacen?

Mientras que los casos individuales pueden variar, en general, los iniciados a una corporación son mejores que los de fuera. Las personas con MBA tienen mejor desempeño que las personas sin el grado. El tipo de industria y sector no hace ninguna diferencia si un CEO específico funciona bien, regular o mal.

Compartir