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Un nuevo mundo está inventándose a través de Blockchain. No será bajo el concepto de otro Nuevo Orden Mundial. Difícilmente habrá instituciones rectoras. Es poco probable que el capitalismo del llamado “Imperio” permanezca intacto. Lo que sabemos es que estamos en un punto de quiebre, en un momento histórico que definirá el futuro de maneras radicales.

Para entender más sobre el mundo que ha sido, el mundo que es y el mundo que dejará de ser, visto desde esta óptica, es fundamental el libro de Carlos Viniegra: Amos, lacayos y vasallos. Por qué el autoritarismo persiste en el siglo XXI y cómo enfrentarlo (Paralelo 21, 2017). Puede adquirirse en http://www.mexicanisimo.com.mx/libreria/ y visitarse su página de Facebook: https://www.facebook.com/AmosyLacayos/

Apenas creado en 2009, es muy probable que Blockchain revolucione el mundo en el que vivimos con mayor fuerza que lo hizo el mismo internet. Ese mismo año, Satoshi Nakamoto creó Bitcoin, una criptodivisa digital, que no necesita de un banco ni de ninguna otra institución centralizada para operar, al ser una base de datos transparente, segura y distribuida. Para conocer más, aprender sobre su funcionamiento e incluso comprar bitcoins, pueden visitarse www.bitcoin.com y www.bitcoin.org.

Es interesante que no sabemos quién es Nakamoto. O incluso si más bien es un grupo de personas, lo cual deja ver desde la concepción del sistema que no hay un afán de concentración de poder, ni de riqueza, sino todo lo contrario. En la medida en que Blockchain se convierta en una tecnología masiva, el valor se transferirá a la periferia, a saber, a las personas, que a su vez tendrán mayor influencia en sus comunidades. Es decir, sistema del futuro será uno descentralizado del cual todas las personas sean dueñas.

Aún más interesante resulta el hecho de que bitcoin es apenas el primer software desarrollado en Blockchain que ya tiene un impacto global. De otra manera, bitcoin es a Blockchain, lo que el correo electrónico es a internet. ¿Estaremos asistiendo a un nuevo Valle del Silicio? Eso parece. ¿Enfrentaremos un cambio radical en la economía? Definitivamente. ¿Será un mundo más democrático? El uso de la tecnología para desafiar a los gobiernos puede permitirlo.

Blockchain pondrá en jaque la existencia y continuidad de los servicios existentes, de las organizaciones. Más que nunca será verdadera la máxima renovarse o morir. Posterior al bitcoin, hoy en día hay una serie de pioneros cuyo trabajo seguramente llevará a una disrupción en las jerarquías corporativas, gubernamentales, comerciales que han moldeado a la sociedad en las últimas décadas. Blockchain puede contribuir a toda clase se actividades comerciales.

De acuerdo con la Oficina para la Ciencias del Reino Unido (https://www.gov.uk/government/organisations/government-office-for-science), los sectores que más se beneficiarían con la tecnología al resolver problemas de regulación, logística y contrabando son: alimentos, energía, farmacéutica, salud, aeroespacial, telecomunicaciones, tecnologías de la información, transporte, agricultura, petróleo y gas.

Después de bitcoin ya hay una nueva generación de emprendedores haciendo uso de la tecnología. Ethereum permite desarrollar todo tipo de aplicaciones descentralizadas en Blockchain. Al 27 de octubre de 2017 hay 799 aplicaciones en el catálogo de www.stateofthedapps.com y es una comunidad en un crecimiento. https://ujomusic.com promete ser no solo una plataforma que cambie por completo la industria de la música, sino que resuelva toda una clase de problemas legales, comerciales y de distribución que no han podido resolverse del todo en el mundo digital de hoy en día.

Un tercer ejemplo es el del mercado de consumo de energía. Esto no existe actualmente pero ya se está estudiando su viabilidad y factibilidad. La propuesta consiste en crear una organización descentralizada de la energía con los ciudadanos como protagonistas. Se incentivaría la generación de energía doméstica, se establecerían redes y mercados locales, y todos seríamos dueños, con lo que nos beneficiaríamos participando activamente y, evidentemente, con mejor calidad de energía y cuentas de luz mucho más baratas.

Parece que no hay límites y que si pueden sortearse los retos legales, de regulación y financieros, esta tecnología será parte de nuestras vidas, como hoy lo es internet. Pero, ¿se puede corregir el mundo con Blockchain? Todavía habrá que esperar…

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