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diciembre 5, 2025El bearista y la lección oculta: no subestimemos al marketing… ni a la psicología humana.
Por Ricardo Bolaños
El reciente fenómeno del vaso “Bearista” de Starbucks me dejó pensando en algo que, incluso quienes vivimos en comunicación, a veces olvidamos: el marketing sigue siendo uno de los mayores espejos de la naturaleza humana.
Y lo más revelador: ni siquiera la marca imaginó la magnitud de la reacción.
Esa es la chispa que vale oro.
Porque cuando un simple vaso provoca filas, reventa de miles de pesos y una conversación nacional… no estamos viendo solo publicidad.
Estamos viendo conducta humana amplificada.
Desde la óptica científica, este fenómeno encaja perfectamente en un patrón que solemos ignorar: las personas no respondemos al objeto, sino al valor simbólico que atribuimos al objeto.
Y aquí es donde la metodología explica lo que parece magia:

1.- Escasez → Activación del sistema límbico
Un producto limitado enciende el mecanismo del FOMO, una respuesta emocional primaria.
No lo pensamos, lo sentimos.
Desde el Cono del Aprendizaje, la gente no solo sabe que es escaso: lo experimenta haciendo filas o corriendo a conseguirlo.

2.- Estética + comunidad → Recompensa dopamínica
El diseño “cute”, coleccionable, shareable, dispara instantáneamente el deseo social.
Compartirlo es una forma de representación activa, justo en la zona media-alta del Cono: el usuario interpreta, reinterpreta y comparte la experiencia.

3.- Viralidad orgánica → Aprendizaje colectivo acelerado
Las reventas, las historias y los videos crean un nuevo nivel: la comunidad ya no solo consume, crea significados.
Ahí estamos en lo más alto del Cono del Aprendizaje: la realidad se moldea con participación.
Y ese es el corazón del asunto:
la transformación no ocurre con información… ocurre con acción.
Personalmente, este caso me recordó que el marketing sigue sorprendiéndonos porque revela comportamientos que creíamos entender… pero que siguen evolucionando más rápido que nuestros modelos.
Mi opinión (consciente, no absoluta):
El equipo detrás del Bearista no buscaba un fenómeno; buscaba un lanzamiento exitoso.
La comunidad hizo el resto.
Y ese “resto” vale millones en aprendizaje.
La lección para marcas, líderes y creadores:
- No es el vaso.
- No es el precio.
- No es Starbucks.
Es la psicología: la narrativa que nos contamos como sociedad, el deseo de pertenecer, el impulso por lo limitado y la energía colectiva de lo compartible.
Quien domine ese entendimiento —desde el mindset— no solo hace marketing.
Hace transformación cultural.


