Los principales servicios disponibles en la banca por Internet y la banca móvil son las transferencias electrónicas, el pago de servicios, el pago con tarjetas de crédito y la consulta de saldos y movimientos en cuenta.
El acceso universal a Internet y el uso creciente de los dispositivos móviles están impulsando el uso de la banca online y móvil en detrimento de la banca tradicional en la mayoría de los países latinoamericanos, especialmente en las operaciones de pago de bajo valor, según la consultora Tecnocom. Esta tendencia está reforzada por una cada día mayor oferta de servicios de banca móvil, especialmente en el último año, promovida tanto por las entidades financieras como por otros proveedores de servicios de pago ajenos en origen al negocio financiero.
Entre los principales servicios disponibles a través de la modalidad tanto de banca por Internet como de banca móvil destacan las transferencias electrónicas, el pago de servicios, el pago con tarjetas de crédito y la consulta de saldos y movimientos en cuenta. Por su parte, la eclosión de las billeteras en 2014 supuso un importante impulso para la banca móvil, especialmente en el caso de España, donde buena parte de los bancos ha inaugurado este tipo de servicio en los últimos meses.
Retroalimentación
La importancia de Internet y la banca móvil pone de manifiesto la retroalimentación existente entre el sector TIC y el negocio bancario, que no solo ofrece inmensas oportunidades de colaboración entre los operadores de ambos sectores sino que sitúa al segundo en una posición de dependencia relativa respecto del primero, a la vista del acelerado ritmo que la innovación tecnológica impone a la banca. En este sentido, desde finales de 2013 se han formalizado importantes alianzas entre banca y el universo de proveedores de tecnología (más allá de los operadores de telefonía) para desarrollar nuevos negocios digitales, entre los que se encuentra la banca móvil.
Durante el crecimiento experimentado por la banca por Internet durante los últimos años, destaca Perú con un crecimiento en operaciones en ese periodo del 79%, y México, por presentar un crecimiento más moderado (6,7%), por detrás de Chile (13,1%), Colombia (15,8%) y Brasil (18,4%). En valor de operaciones es de nuevo Perú el país que mayor crecimiento registra (122%) en este canal.
En México el creciente número de usuarios en Internet, que actualmente alcanza el 44,4% de la población, según el Banco Mundial, impulsa la banca por este canal donde, según la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), el 22% de los usuarios de Internet reconocen realizar operaciones de banca en línea, independientemente del dispositivo utilizado. El uso de la banca online es mayor entre los poseedores de un smartphone (el 27% realiza operaciones bancarias a través del celular). Se trata de un canal en auge que el gobierno mexicano está tratando de potenciar también por la vía regulatoria. Muestra de ello es el avance regulatorio para dinamizar la operativa transaccional a través del teléfono móvil, que tras la autorización de las “cuentas de expediente simplificado” este año ha comenzado a expedir licencias de operación de pagos móviles para la organización y operación de una cámara de compensación de transferencias a través de dispositivos móviles.
La penetración móvil en América Latina ha crecido a un ritmo muy positivo, a la par que las instituciones financieras trabajan e invierten para adaptarse a los avances tecnológicos y ofrecer mayores ventajas a sus clientes, en condiciones seguras. En materia de pago móvil, los inminentes lanzamientos a escala de los modelos peruano y ecuatoriano, ambos con un fuerte componente de desarrollo e inclusión, permitirán, por un lado, confirmar las previsiones de crecimiento en este ámbito específico de los pagos y, por otro, animar a garantizar la interoperabilidad de las soluciones diseñadas en otros países. No en vano, muchas de las agendas de inclusión financiera impulsadas por la práctica totalidad de los gobiernos de la región pasan por fomentar la extensión de los pagos digitales entre el conjunto de la población, facilitando el acceso de aquellos hasta ahora excluidos.