Uber se enfrenta con un mayor número de adversarios que incluye reguladores dudosos, conductores litigiosos, miembros hostiles de la prensa y algunos de sus rivales bien financiados. Google es considerado una amenaza para la empresa de transporte a base de aplicación.
Google Ventures invirtió 258 millones de dólares en Uber en agosto de 2013, siendo el mayor acuerdo de inversión de la empresa. Menos de un año después, la empresa puso más dinero en su siguiente ronda de financiación. En este punto era complicado para los observadores imaginar una estrecha relación entre Google y Uber, o algún día adquirirla. David Drummond, director legal y vicepresidente senior de desarrollo corporativo de Google, se unió a la junta directiva de Uber en 2013, y ha formado parte desde entonces.
Ahora existen indicios de que las empresas cuentan con mayor probabilidad de ser competidores que aliados. Google se prepara para ofrecer su propio servicio, muy probablemente en relación con su proyecto de coche sin conductor.
Uber también se ha asociado con la Universidad Carnegie Melolon para un centro de investigación en Pittsburgh, Pennsylvania, para desarrollar su propia tecnología de vehículo autónomo.
El CEO, Larry Page, se dice maravillado personalmente por el reto de hacer que las ciudades funcionen de manera más eficiente. Recientemente, la compañía dijo que la tecnología de los automóviles sin conductor en el desarrollo dentro de su laboratorio de investigación de Google X está entre dos y cinco años de estar listo para su uso generalizado. En el Salón del Automóvil de Detroit el mes pasado, Chris Urmson, el ejecutivo de Google a cargo del proyecto, mencionó un posible escenario en el que los vehículos autónomos están patrullando los barrios, recogen y dejan pasajeros.