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Este robot es capaz de reconocer personas y obstáculos, planear su ruta y ubicarse, en todo momento, en el sitio donde se encuentra, además de que en su pantalla existe una cara virtual que puede mostrar ciertas emociones como felicidad, enojo, sorpresa o una actitud neutra. También es capaz de mantener algunos diálogos relacionados con el servicio.

Los movimientos del robot son cuidadosos para que las personas no se sientan intimidadas. El robot no debe acercarse a las personas por la espalda o por un costado, siempre tiene que llegar por el frente para evitar accidentes. Estos movimientos están contemplados porque él es capaz de planear su ruta para abordar a los usuarios y ofrecer sus servicios.

Es un robot móvil con láser para identificar la distancia de los objetos y sensores tridimensionales, cuenta con cámaras de video, dos equipos de cómputo a bordo y cuatro unidades centrales de procesamiento. Tiene un sintetizador de voz que permite comunicarse a través de textos preestablecidos, además de que puede identificar la voz de las personas. La pantalla táctil le permite transmitir información adicional en caso de que no entienda una pregunta o para que el usuario identifique una respuesta en particular.

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El diseño está basado en el robot R2-D2, el personaje de la saga “La guerra de las galaxias”. Funciona con un Sistema Operativo Robótico desarrollado en conjuntu por la UV y otras universidades.  El doctor Marín Hernández aseguró que su contribución es el diseño de algoritmos que resuelven todo el procesamiento que le llega al robot para que pueda reconocer, identificar, interactuar y determinar si el usuario está a gusto o molesto.

El robot tiene la capacidad de decidir de forma autónoma a qué persona ayudar en función de cómo se comporta cuando no conoce el lugar y detecta a las personas que caminan inseguras, titubean y voltean a todos lados.

“Esta habilidad de saber elegir al usuario la presentamos en un congreso en Japón como un desarrollo innovador porque nadie, a nivel mundial, lo había manejado”, agregó el especialista. El robot también puede identificar si la persona está mirando hacia otro lugar y ya no tiene interés, entonces le dice: “Bueno, pasemos a otra cosa” y cambia la explicación.

En esta investigación multidisciplinaria participan matemáticos, ingenieros, psicólogos, filósofos y diseñadores industriales. El proyecto principal lo lleva la UV pero tiene colaboraciones con universidades de Francia, Portugal, Italia, Alemania, España, así como con la Universidad de Guanajuato (UG) y la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) en México.

El robot puede programarse para que explique cada una de las salas.

“Las capacidades de nuestros robots son comparables con las capacidades de los robots de cualquier institución del mundo”, concluyó el especialista.

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