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Por Damián Malfatti, director de TOTVS México

El carro, la lavadora, el celular, la computadora, el congelador, la maquinaria que usas y hasta tu fábrica. Realmente por donde veamos, hay metalmecánica. Una industria clave en la cadena de producción de básicamente todas las cosas que usamos, y sin duda, un pilar importante de la economía mexicana ya que se encuentra en las más variadas esferas del mercado. Para México, la industria metalmecánica constituye el 17.6% del Producto Interno Bruto (PIB), según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), lo que representó casi cinco mil millones de pesos del último trimestre del 2021.

Hoy traigo este tema a la mesa, porque cuando hablamos de esta industria, podemos decir que México es un jugador importante a nivel mundial. Entender la importancia, su impacto, y sobre todo, saber cómo impulsarla puede ser revolucionario para el mercado de este país. De acuerdo con datos de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero), México es el 14º productor de acero en el mundo, empleando a más de 700,000 personas de forma directa e indirecta y produciendo más de 20 millones de toneladas de acero líquido.

México se ha ganado una posición importante dentro del entorno global gracias al desarrollo y crecimiento de este sector. Hoy, representa una capacidad productiva esencial para la economía mundial, al ser un país con operación y localización estratégica. Siendo proveedor para varios países de las industrias automotriz, aeroespacial, médica, electrónicos, electrodomésticos, entre otros. Pero para sostener esta competitividad es necesario –e indispensable— invertir para estar a la vanguardia.

En la región, la industria metalmecánica sigue recibiendo significativas inversiones. ¿Pero la tecnología es una prioridad de esas inversiones? ¿Los recursos para innovación y mejora están siendo destinados correctamente? Según DataMéxico, el año pasado (2021) esta industria recibió más de 7 millones de dólares de inversión directa. Durante los últimos años se han incorporado mayores niveles de tecnología, innovación y sofisticación, sin embargo, aún no se aprovecha todo el potencial del que se dispone.

Cuando un ERP especializado es implementado, este se adapta y se alinea a los objetivos y características de cada empresa. Es decir, la industria metalmecánica puede sumarle la innovación que demanda este sector, sin perder su esencia y respetando sus particularidades.

Los sistemas de gestión posibilitan la optimización de procesos y la automatización de líneas de producción, desde el diseño del producto con alto grado de personalización, pasando por toda la cadena hasta la entrega del producto final. Adicional a insights y análisis críticos, con dashboards y gestión de indicadores, que generan una eficiencia operativa valiosa en su día a día.

Reitero la importancia de mejorar la productividad en esta industria, porque al conocer el mercado mexicano, es evidente el impacto directo y articulación en diferentes cadenas productivas como la manufacturera, automotriz, agrícola, minera y más. Siendo la industria metalmecánica proveedora de insumos y materiales de productos esenciales para la vida cotidiana de todos los mexicanos, por lo cual, un buen performance de ella se traduce en una consecuencia directa para todo el país.

Entonces, debido a la magnitud de esta industria, es sumamente estratégico que sea una prioridad mejorar la productividad en su gestión. Con herramientas avanzadas de tecnología especializadas en manufactura, estamos hablando de poder tener control de cada detalle: ingeniería y desarrollo de productos y procesos, planificación avanzada y control de producción, gestión del piso de fábrica, gestión de la calidad, administración de proyectos, control contable y financiero, planificación y control presupuestario, gestión del capital humano, ventas y facturación, stock y costos, compras y suministros, gestión de contratos, CRM y más.

La adopción de un buen ERP dentro del segmento de la industria metalmecánica simplifica procesos y agiliza su operación, entregando un control sobre cada una de sus fases. Es decir, con esta automatización y movilidad, el sistema permite crear una mejor planificación, con más rapidez en el cumplimiento de cada pedido y un control de calidad que acompaña, desde la entrada de insumos hasta la salida de cada uno de ellos.

La tecnología aporta inteligencia y eficiencia, por lo que no es solo un paso, sino un salto para que su empresa escale a la industria 4.0: digitalizando los procesos y automatizando la línea de producción, desde el diseño de los productos fabricados hasta la entrega final, sin “gastos invisibles” o inesperadas en el camino.

Mantenerse vivo en el mercado de hoy es más difícil, así que no se limite a lo básico. Por otro lado, asegúrese de contar con proveedores confiables que ofrecen herramientas con resultados comprobados, para no poner en riesgo la estabilidad de su producción, marca y presupuesto. Es importante buscar un ERP suficientemente robusto para un cambio industrial, para el control e integración, que sea escalable, pero a la vez respete el tamaño de su empresa. Y lo más importante, que sea presente y útil durante todo el camino. Este es un paso fundamental de cualquier empresa en su camino rumbo a la Industria 4.0.

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