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Cada uno de nosotros es un mundo interno diferente, todos los días y a toda hora tenemos conversaciones internas, seamos o no conscientes de ellas y de esas conversaciones depende como vemos todo en la vida. La forma en que te hablas a ti mismo condiciona tu capacidad para afrontar las dificultades y determina la toma de decisiones.

Prácticamente desde que nacemos tenemos conversaciones internas; pero más o menos desde los 4 años de edad es cuando las comenzamos a formar positiva o negativamente y esto depende de las reacciones de los padres o personas cercanas, más que las palabras, lo que entendemos desde niños son las acciones por ejemplo cuando un padre le dice a su hijo “si puedes eres un campeón”; pero por alguna razón pierde, lo consiguiente que debe hacer el padre es alentarlo para que lo intente de nuevo hasta que lo logré, así la afirmación se da con hechos y palabras, es ahí que se forma, se fortalece esa conversación interna y su autoestima.

Así como a los niños igualmente nos pasa a nosotros los adultos. Todos generamos un discurso interno. Si tenemos que tomar una decisión, por ejemplo, los argumentos de uno y otro lado inician su debate. Por un lado tu corazón te pide a gritos avanzar, y por otro la mente mide

los riesgos de cualquier supuesta dificultad y lo pasa todo por el filtro del miedo, generando más de lo mismo, además de mucho agotamiento mental.

Tu parte racional necesita asegurar que tu paso adelante sea seguro. Te pregunta: ¿Tienes garantías suficientes de éxito?, porque si no, ni hablar. Esta parte de ti, la mental interpreta que estás poniendo en riesgo su estatus conocido y cree que no moverse es más seguro. Es por esto que es indispensable que podamos tener una correcta comunicación interna con nosotros mismos y esta se da si la trabajas diariamente.

Hablate con sinceridad, quieres un cambio deja de dudar y aborda el cambio con estos pasos

¿Cómo dejar de dudar y abordar el cambio?

PASO I: Evalúa las opciones y los riesgos

Si estás planteándote un cambio, pero algo dentro de ti se te resiste, escribe las opciones. Pregúntate y respóndete con sinceridad, para cada una de ellas a las siguientes preguntas:

  • ¿Qué te aportará haber logrado tú objetivo?
  • ¿Qué implicaciones negativas tiene lograr ese cambio para ti?
  • ¿Cuál es el riesgo de dar el paso?
  • ¿Qué pasará si te quedas en la misma situación que hoy tienes?
  • ¿Del 1 al 10, cuanto merece la pena?
  • Del 1 al 10 ¿Cuál es tu nivel de compromiso?

PASO II: Toma decisiones

Ahora ya sabes las implicaciones que tiene cada opción y debes decidir. Pregúntate y respóndete, por escrito:

  • ¿Lo vas a hacer?
  • ¿Qué vas a hacer? Si es así:
  • ¿Cómo lo vas a hacer?
  • ¿Qué puedes hacer lograrlo con éxito?
  • ¿Cuál es tu plan de acción?
  • ¿Cuál será tu siguiente paso?

Paso III: Da un lugar a tus miedos

Si te has decidido a emprender tu cambio, entonces es probable que tu diálogo interno se active nuevamente. Tu parte más mental, está tan acostumbrada a hacerse con el poder que

es probable que lo intente nuevamente. Tiene ese hábito y ahora debes practicar para cambiarlo. Piensa que estas dudas representan a tus miedos más profundos. No trates de evitarlos, pues les darías fuerza, y volverían a manejar tu vida. A cambio dales un lugar, concédeles un pequeño espacio de tu tiempo para que se sientan atendidos.

Paso III: Dialoga con tus miedos con consciencia

En la medida que le das un lugar a lo que te ocurre, y trabajas con la intención positiva de su mensaje, entonces podrás avanzar con la mente y el corazón unidos, para ser imparable. Pregúntale a tu diálogo interno

¿Qué te preocupa? Ahora que ya tienes evaluados los riesgos, podrás tranquilizarte a ti mismo. Dale las gracias por sus consejos, y dile que lo tienes en cuenta, y que con su permiso vas a hacerlo del mejor modo, tal como lo tengas previsto. Y, muy importante, dale un tiempo limitado, por ejemplo dos minutos para esta conversación. Si te extiendes más, si permites que esto se alargue no tendrá fin, y estarás de nuevo en la situación de partida.

 

Paso IV: Pacta situaciones óptimas para ambas partes

Finaliza tu diálogo con una propuesta positiva que haga que te sientas bien y con fuerza. Integra los dos mensajes en uno solo y siente la fuerza que esta unión te da, para ir hacía la acción y disfrutar del resultado, y también del proceso. Cada caso, requiere de una propuesta única y personal, así que la debes elaborar para ti de un modo exclusivo. Sabrás que está bien para ti, cuando sientas que estás de verdad bien y con fuerza para avanzar.

VENCE TUS MIEDOS Y PASA A LA ACCIÓN

Si quieres vencer tus miedos, y dar el salto, lo primero es darse cuenta de donde estás. El diálogo interno es muy sutil. Nada fácil de identificar, porque realmente no va de cara. Se esconde en razones de peso muy bien argumentadas. Desmontarlas para pasar a la acción con libertad, requiere de mucha habilidad y, casi siempre de un punto de vista externo. Todo cuanto está en ti ya eres tú, y es excelente, la diferencia la marcarás decidiendo qué haces con aquello que ya tienes.

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Fernanda Hurtado

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