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Por Alejandro Preinfalk, Presidente & CEO Siemens México, Centroamérica y el Caribe

 

Con la llegada de la época más festiva del año, miles de consumidores se preparan para las tradicionales cenas y fiestas, en las que la abundancia de platillos se caracteriza por tener como base el uso de carne. Ya sea de res, cerdo o ave, las mesas se ven adornadas de suculentas recetas en las que, por lo general, el plato principal es el pavo, la pierna o el lomo.

Sin embargo, en este contexto también existen cientos de consumidores en busca de alternativas sostenibles. Esto generalmente resulta en un dilema, ya que no todos quisieran prescindir de las proteínas proporcionadas por los productos cárnicos, además de la deleitosa experiencia para el paladar.

Por ello, en Siemens colaboramos con empresas emergentes como ‘Cultimate Foods’, con el fin de que puedan desarrollar propuestas que trasciendan más allá de la elaboración de sustitutos de carne, a partir de productos vegetales. Somos conscientes de las posibilidades de ofrecer productos innovadores que, por sabor y características, serían mejor recibidos tanto por quienes aman un jugoso corte, como por quienes buscan migrar a una dieta libre de alimentos animales.

A través de The Life Science Factory (LSF), construida en 2022 en el emplazamiento de la antigua fábrica de Sartorius en Göttingen, Alemania, Siemens ha trabajado para impulsar el ingenio de Jordi Morales-Dalmau y los fundadores de Cultimate Foods. Lo anterior, con el objetivo de continuar con el desarrollo de carne cultivada en laboratorio, cuyo primer producto, derivado de la carne de pollo, pronto será lanzado al mercado de la Unión Europea.

A primera vista, uno podría pensar ¿y por qué cambiar la forma en que obtenemos carne? ¿acaso la forma en que producimos no es más que suficiente? A lo que podríamos responder con estudios recientes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en los que se ha demostrado que la cría y el procesamiento de ganado promueve significativamente al calentamiento global. Según el instituto The Breakthrough, la ganadería podría estar contribuyendo hasta con el 19.6% de las emisiones de gases de efecto invernadero mundiales.

Ante el hecho de que muchos consumidores no renunciarán a su consumo cárnico, pero tampoco aceptarán fácilmente un producto equiparable, decenas de productores de carne cultivada en laboratorio prometen que su oferta será igual de deliciosa, mientras es sostenible y saludable.

En este sentido, el proyecto desarrollado por Cultimate Foods promete satisfacer esta demanda con el fin de reducir el número de animales de la cadena alimentaria a largo plazo. Lo cual no será fácil si consideramos que hoy, según Morales-Dalmau, el 64% de quienes han tenido la oportunidad de comer carne de origen vegetal en muchas de las cadenas de comida rápida, simplemente llegan a la conclusión de que “no lo volverán a hacer”.

Y es que uno de los placeres más grandes que da la carne es su peculiar sabor. Y qué mejor fecha para comprobarlo que a lo largo de las fiestas de fin de año, justo cuando no puede faltar algunos de los platillos fuertes como el pavo asado, a las castañas, el vino tinto, adobado o glaseado.

Gracias al espacio que ofrece LSF, Morales-Dalmau y sus colegas podrán continuar con su labor para el perfeccionamiento de sus propuestas en las que se han dado a la tarea de extraer células vivas de vacas y cerdos para luego aislarlas, expandirlas y diferenciarlas, lo que significa que les instruyen a cultivar grasa en su interior. Al final, el resultado de esta técnica es que la grasa cultivada será más saludable que la grasa convencional. “Lo que estamos cultivando no son células grasas subcutáneas, sino intramusculares, que tienen menos ácidos grasos saturados”, según lo explica Morales-Dalmau.

Es muy probable que la carne tradicional continue siendo consumida durante los próximos años, es más, incluso puede que lo siga siendo durante el próximo siglo. No obstante, hoy podemos decir que la búsqueda de alternativas alimentarias nos permitirá desarrollar y descubrir nuevas fuentes que no solo sean seguras de comer y favorables para la salud y el planeta, sino que además sean deliciosas y atractivas para los paladares.

Para la cena de navidad o de fin de año, seguro podremos incluir algún producto de origen vegetal con la certeza de que contamos con una fuente rica en nutrientes, pero además deliciosa. Y bueno, quién sabe, tal vez durante los próximos años se desarrollen nuevos platillos tradicionales que tengan origen en un laboratorio. Por lo pronto, en Siemens continuaremos trabajando para asegurarnos de que estos y muchos otros proyectos sean posibles.

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