Ciudad de México, 7 de octubre de 2025.- Mantener bien hidratados a los bebés es tan importante como cuidar su alimentación, y es que una vez que llega el momento de probar alimentos sólidos, el agua se vuelve parte importante de su dieta.
El cuerpo de un bebé como el de todos nosotros está compuesto en gran parte por agua, y pierde líquido constantemente a través de la respiración, el sudor y la orina, así como cuando hay episodios de fiebre o diarrea, por lo que asegurarse de que reciba la cantidad adecuada de agua es clave.
Carolina Muñiz, experta en nutrición infantil de Gerber® comparte 5 estrategias prácticas para que la hidratación sea parte del día a día de forma natural y efectiva:
1. La alimentación como una fuente de hidratación. Desde el nacimiento hasta los seis meses, la leche materna aporta prácticamente todo el líquido que el bebé necesita, por lo que no es necesario dar agua antes de esa edad a menos que el médico lo indique. Pero una vez que comienza la alimentación complementaria, integrar frutas y verduras con alto contenido de agua es fundamental para una buena hidratación.
2. Introduce pequeñas cantidades de agua a partir de los 6 meses. Cuando los bebés ya están comiendo papillas y alimentos sólidos, puedes empezar a ofrecer pequeñas cantidades de agua durante el día. Utiliza vasitos entrenadores de boquilla suave o de popote, para que el bebé se familiarice con beber agua y empiece a distinguir sabores, texturas y objetos.
3. Hidratación especial en situaciones particulares. Cuando hace calor, hubo mucha actividad, exposición al sol o alguna enfermedad con fiebre, vómitos o diarrea, la pérdida de líquidos aumenta. En estas situaciones:
- Aumentar la ingesta de leche materna y, si tu bebé ya tiene 6 meses, de líquidos como el agua.
- Al estar de paseo, lleva siempre agua para mantenerlo hidratado, busca una que esté hecha especialmente para bebés, libre de sodio y purificada adecuadamente.
- Si el bebé está vomitando o con diarrea, ofrezcan líquidos en pequeñas cantidades, como una cucharadita, de manera frecuente para no sobrecargar el estómago.
4. Haz de la hidratación algo divertido y parte de la rutina, sin que sea una obligación. Si tomar agua se integra al día a día como parte de las rutinas, será mucho más fácil que al crecer mantengan este hábito. La mejor hidratación es la que no se fuerza, por eso:
- Ten siempre a la mano una botellita pequeña de agua o un vasito bonito para el bebé, que pueda agarrarlo y verlo todo el tiempo, para que lo empiece a asociar con tomar agua.
- Ofrece agua en momentos clave: después de comer, al salir de la guardería, durante los paseos, después del baño, etc.
- Haz snacks para los días de calor con agua, como paletas de hielo con frutas naturales, para darle algo fresco y seguro, siempre con supervisión.
- Prefieran el agua natural sobre otro tipo de bebidas.
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