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El mundo de hoy es “inteligente”. Tenemos televisiones inteligentes, teléfonos inteligentes, casas inteligentes, ropa inteligente, electrodomésticos inteligentes, robots inteligentes. Pero, ¿somos nosotros lo suficientemente inteligentes? ¿O hemos llevado al mundo a una inevitable catástrofe? ¿Será suficiente la tecnología que desarrollemos para solucionar los grandes problemas que hemos creado? Sin lugar a dudas, uno de los principales retos que enfrentamos como humanidad en el siglo XXI es el del cambio climático.

Calentamiento global

Hace 252 millones de años el planeta se calentó 5 ºC debido a un exceso de carbono en la atmósfera. El 97% de la vida en la Tierra se extinguió. De acuerdo con distintos cálculos, actualmente estamos agregando dióxido de carbono hasta diez veces más rápido que en ese entonces. ¿Cuáles serán las consecuencias para el fin de siglo?

El 12 de diciembre de 2015, 295 naciones firmaron el Acuerdo de París, para comprometerse a trabajar de manera conjunta en reducir la emisiones de gases de efecto invernadero. La meta es que para el año 2100 el aumento de la temperatura del planeta sea menor a 2 ºC. Si se logra se aseguraría la existencia de la vida en el planeta. De lo contrario…

El nivel de los mares se elevará y el agua se acidificará. Hay quienes sostienen que ciudades como Miami e incluso países enteros como Bangladesh quedarán sumergidos bajo el mar, incluso si se alcanzara la meta del Acuerdo. De acuerdo con un reporte del Gobierno de Estados Unidos, aunque las emisiones de gases invernadero se mantuvieran en cero a partir de ahora, para el año 2080 veríamos un incremento del nivel del mar de unos 120 cm. ¿Qué repercusiones tendría esto en pérdida de vida marina, los fenómenos meteorológicos y en actividades económicas como la pesca, el comercio y el turismo? Veremos.

El simple hecho de caminar a la intemperie en zonas de mucha humedad y temperaturas mayores a los 40 ºC puede ser mortal. Y ¿si subimos la temperatura? ¿Y si añadimos olas de calor? En cuestión de horas un cuerpo humano se derretiría por dentro y por fuera. Si la temperatura del planeta se eleva 11 ºC, la mitad de la población moriría, literalmente, de calor. Suena terrorífico. Sí. El problema es que ya estamos ahí. En mayo de 2015 murieron por lo menos 2,500 personas en la India por una ola de calor y en junio del mismo año, al menos 2,000 pakistanís. El 9 de julio de 2016, en Inglaterra y Gales murieron 1,661 personas en ese solo día. De acuerdo con el periódico The Guardian, al menos una tercera parte del planeta enfrenta olas de calor mortales. El presidente Trump, que no cree en el cambio climático, debería de observar la siguiente lista: https://en.wikipedia.org/wiki/List_of_heat_waves

Yuval Noah Harari, en sus extraordinarios libros Sapiens y Homo Deus, repite una y otra vez que en el siglo XXI hemos prácticamente erradicado el hambre y que mucha más gente muere por problemas relacionados con la obesidad que por falta de comida. Pero eso, probablemente, ya esté cambiando. El calor afecta evidentemente a las cosechas. Se calcula, por ejemplo, que por cada grado que aumente la temperatura se pierde el 10% de la cosecha de cereales. Por otro lado, mayor que el problema del aumento del nivel del mar será (es) el de las sequías. Sin lluvia, millones de hectáreas fértiles se convertirán en desierto. Si no se reducen las emisiones de gases invernadero, para 2080 gran parte de Europa y del Medio Oriente estarán permanentemente en sequía. Si creen que falta mucho para que el hambre sea un problema, de acuerdo con el Banco Mundial, en 2017, 83 millones de personas, en 45 países, necesitaron asistencia alimentaria de emergencia.

 

A los problemas mencionados se sumarán las plagas, las epidemias, enfermedades que no conocemos, migraciones, colapsos económicos, lo que generará guerras perpetuas. Los programas de reducción de emisiones por sí solos no prevendrán el desastre. ¿La tecnología nos salvará? ¿Cuánta emisión de bióxido de carbono es necesaria para desarrollar una tecnología contra el cambio climático? Los paneles solares, los autos eléctricos autónomos, la iluminación LED y tecnologías que utilizan plantas para convertir el bióxido de carbono en biomasa son algunas de las pocas opciones que tenemos. Además son restrictivas, muy pocas personas con capaces económicamente de instalar paneles solares o de comprar el último modelo de Tesla. ¿Será lo suficientemente pronto el momento en que sean de consumo masivo o será ya muy tarde? ¿No es el consumo masivo uno de los problemas por los que se ha generado el aumento de emisiones de CO2?

¿Son compatibles el sistema y la sobrevivencia del mundo como lo conocemos? ¿El capitalismo que conocemos y la humanidad? El planeta sobrevivirá. La especie humana seguramente no. La pregunta es si le quedan millones de años o unas cuántas décadas. ¿Hay que alarmarse? Sí. Es probablemente el gran problema de nuestro tiempo y quizá no le estemos prestando la atención necesaria.

 

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Ciudad de México, 1977. Es director general de Editorial Paralelo 21, donde ha trabajado durante los últimos 10 años y donde además ha sido director editorial y editor en jefe de la revista Mexicanísimo. Es colaborador y escritor de la editorial México Natural. Además ha trabajado en otras áreas como publicidad y logística. Es fanático del Real Madrid y de los Pumas. Entre sus escritores favoritos están Kafka, Gonçalo M. Tavares, Antonio Lobo Antunes, Borges y Octavio Paz.