Compartir

Por @AdanMoctezuma

Twitter es una de las plataformas fundamentales para la democracia en el mundo. Pero su utilidad está cayendo y su futuro puede ser incierto al menos entre los mexicanos en términos de comunicación política.

De sobra son conocidos los sucesos más relevantes de la historia moderna que han sido dados a conocer en esta red social y los pronunciamientos más relevantes de los personajes públicos, empresas e instituciones tiene su primer salida a la opinión pública en un tuit.

Desde la mítica Presidencia de Barack Obama, los berrinches de Donald Trump, la Primavera árabe hace unos años, hasta sucesos emblemáticos en México como la fuga y recaptura del Chapo Guzmán, y el acontecer del mundo minuto a minuto.

Sin embargo, el ambiente en Twitter cambió y lejos de seguir siendo un espacio para la libre expresión, ha servido para sacar lo peor de la condición humana, para difundir odio y promover la confrontación entre sus usuarios a partir de descalificaciones, noticias falsas y ataques de fondo político y forma personal.

En México, los usuarios de Twitter comienzan a darle la espalda a la plataforma y todo apunta a que la red social de la inmediatez y las ideas, navega hacia ese lugar a donde no quieres ni voltear.

En febrero de este año, Aristoteles Núñez el ex Presidente del SAT en México anunció que dejaba Twitter porque dijo, “las redes sociales contaminan, son tóxicas”.

Núñez, se refería a la andanada de críticas insultos y ataques personales que reciben quienes critican al Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien desde su cuenta personal, suele arremeter contra quienes considera sus adversarios políticos y provocar el enojo de sus seguidores contra ellos.

No es un fenómeno de México; ocurre lo mismo en Estados Unidos donde el Presidente Donald Trump usa la red social para insultar, descalificar y provocar a sus oponentes. Hay incluso evidencia empírica que sugiere que los seguidores del empresario convertido en político llevan a la arena física los desacuerdos políticos, el odio y la intolerancia.

Pero frente a lo que hizo Facebook de suspender cuentas que incitaban al odio, de Twitter se percibe que no ha hecho lo suficiente  para a actuar y los resultados están a la vista; en sólo un año el número de usuarios cayó en México 10%.

Como Aristóteles Núñez, muchos usuarios están dejando la red social creada por Jack Dorsey Biz Stone, Evan Williams y Noah Glass.

La cifra es el influyente estudio Hábitos de Internet 2019 de la Asociación de Internet MX que establece que la red social pasó de ser usada por el 49% de los internadas en el país en 2018, a 39% en 2019, lo cual es una caída estrepitosa pues en nuestro país, donde cada usuario posee al menos 5 redes sociales en promedio, según el estudio que en este año cumplió su 20 edición.

No son percepciones generalizadas. En el Estado de Ánimo de los Tuiteros en México, el INEGI revela que este indicador está más bajo que nunca, al pasar de 2.5 en 2016 a 1.8 en 2019 luego de la elección presidencial de 2018.

De acuerdo con la ONU en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la libertad de expresión es un derecho fundamental: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”

Sin embargo, la intolerancia, la censura, los ataques y la desinformación que hay en Twitter podrían ser solo un ejemplo de la realidad que enfrenta a libertad de expresión en México y en el mundo.

Al menos en México, la gente esta decidiendo irse a tener que soportar un mal rato como consecuencia de expresar sus ideas y en el peor de los casos, callarse y esto, no es bueno para ninguna democracia.

 

Adán Moctezuma es economista y bloguero mexicano de temas de Branding, Marca Política y Marketing de Contenidos.
Miembro del “TOP 100 The Most Influential Economists in the World” en 2016,  2017 y 2018 de @Richtopia.

Compartir