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¿Cómo gano dinero, aprovechando el enorme bagaje de comunicaciones que invade las pantallas cada día? Fácil: invento una nota de tema controversial, sobre el cual todo el mundo tiene una opinión. Los favoritos son el presidente, los partidos políticos y la corrupción, pero también la religión o el sexo. En cualquier caso debo asegurarme de que el título resulte muy escandaloso y que el sitio desde el cual lanzo la información parezca profesional. Luego, quizá invierto un poco en hacer visible el texto en redes y me siento a esperar que los peces piquen el anzuelo, o sea, lo viralicen. Si alguien lo desmiente o no, de todas formas se va a traducir en dinero para mis bolsillos.

Uno de los primeros ejemplos de noticias falsas cuyo objetivo es vender más corresponde a este anuncio de 1927.

Empleaba el storytelling para despertar el interés, conectar con la audiencia y hacer creer a la gente que sí, es posible aprender a tocar piano en minutos. Las plataformas han cambiado y el impacto que tienen es exponencial, aunque la técnica se mantiene en el mismo nivel antiético.

El periodista mexicano Luis Roberto Castrillón lleva años detectando información torcida, conocida por el anglicismo fake news. Desde el blog http://www.eleditordelasemana.wordpress.com comparte casos de este tipo de manipulación, para que no seamos partícipes del engaño. Su trabajo, puntual y limpio, es reconocido en México y en el extranjero: recientemente, Castrillón fue invitado por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano. La FNPI, con sede en Colombia, le pidió impartir un seminario web sobre el tema.

Recientemente mostró cómo la periodista Sanjuana Martínez le dio “Compartir” a una noticia que no corroboró. Así le regaló más de 4,100 shares (hasta el jueves pasado, cuando se publicó la nota) al sitio www.espectador.com.mx, al cual Castrillón llama “uno de los más activos promotores y comerciantes de la desinformación en México”.

El asunto es que la periodista posteó en su Facebook la nota que espectador.com tituló hábilmente “¿Dónde está el dinero que el mundo donó a México? Cuestiona Canadá” (de entrada, que los señores de espectador.com aprendan a poner signos de puntuación). La nota decía que la embajada de Canadá en México había cuestionado el uso de los recursos que ese país entregó al nuestro, tras los sismos de septiembre. El asunto es que no existe el comunicado al que se refiere la supuesta noticia.

Castrillón especula sobre las razones que pueden estar detrás de esa decisión de una periodista conocida, que ha recibido reconocimientos como el Premio Nacional de Periodismo:

  • “Hipótesis a: ya se le olvidó como verificar información o en realidad nunca aprendió;
  • Hipotesis b: le gana la militancia antigobierno a la vocación periodística crítica de la administración pública;
  • Hipotesis c: entiende que golpear al gobierno le genera audiencia y esa audiencia siempre puede capitalizarse;
  • Hipótesis d: una mezcla aberrante de todas las anteriores”.

Más allá del humor, se agradece que nos deje pensando.

En el blog también ha hablado de otros sitios que se especializan en publicar notas sensacionalistas, entre ellos denuncialeaks, denunciasmx.com y argumentopolítico. La estrategia, de nuevo, es inventar notas que apelen a la curiosidad y las emociones de los usuarios, es decir, que la gente “quiera creer” y que generen un beneficio a tal o cual personaje: que Javier Duarte fue violado en prisión o que según The New York Times, Peña Nieto es el peor presidente de la historia. Es como tejer una chambrita a la medida del niño, del color que le gusta a la mamá.

Con las elecciones presidenciales a la puerta y el abalanzamiento que se viene de noticias falsas, la labor clarificadora de El Editor de la Semana es más indispensable que nunca.

 

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