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  • Estudios muestran que 63% de los entrevistados les gustaría que sus equipos conectados tuvieran una dosis extra de seguridad.

Internet de las Cosas (Internet of Things, IoT) es una área interesante para los negocios e incluye factores como conveniencia y practicidad, lo que, para la vida moderna de los consumidores actuales, también es una necesidad.

Pero las posibilidades abiertas para este mundo de cosas conectadas a Internet también abren puertas a incontables riesgos. Por eso, el factor de seguridad nunca fue tan importante para el IoT.

Una de las grandes preguntas hechas en este tema es sobre la vulnerabilidad de los consumidores en el ámbito personal, ya que, los productos actualmente comercializados con esas características ya poseen alguna sofisticación en la implementación de seguridad de sus sistemas.

No obstante, un reciente estudio de la IOActive que trabaja justamente en la seguridad del IoT, mostró que 47% de los entrevistados evaluaron que menos del 10% de los ítems disponibles en el mercado de Internet de las Cosas, están proyectados con una seguridad adecuada.

Eso puede conducirlos, por ejemplo, a riesgos potenciales como el acceso a una cámara de seguridad y un sistema de control de residencias, el uso no autorizado y hasta indebido de informaciones personales, a partir de la recolección de hábitos, ubicaciones, y condiciones físicas a lo largo del tiempo.

Vale la pena enfatizar en algunos consejos de cómo protegerse con tantos dispositivos conectados al mismo tiempo, de los cuales no nos damos cuenta de sus peligros y posibles implicaciones. a esa materia, por ejemplo, actualizar contraseñas, saber cuáles son las informaciones personales que se exigen y se comparten en cada equipo conectado, actualizar los productos y tener cuidado con los dispositivos que son usados como accesorios.

El estudio mostró también que 63% de los entrevistados creen que la seguridad de los productos de Internet de las Cosas debería ser mejor que las de otras categorías. Esa revelación es preocupante, ya que traduce un sentimiento de recelo de las personas en relación al tema.

Otro gran problema a enfrentarse es la rapidez con la que nuevos productos de esa categoría llegan al mercado y con diferentes formas de conectividad: aun de acuerdo con la IOActive, 21 billones de dispositivos se conectarán a las cosas en uso hasta el 2020. Por lo tanto, es fundamental que las empresas desarrollen mecanismos eficaces de seguridad para estos dispositivos, ya que estos ofrecen un amplio campo para que los hackers puedan actuar. Y trabajar en la seguridad ahora es claramente una ventaja competitiva sobre los nuevos productos que serán lanzados.

Justamente es ese uno de los últimos aspectos al cual el estudio le dio el enfoque. 72% de las personas entrevistadas evaluaron que la seguridad adecuada en el desarrollo de los productos es el mayor desafío para Internet de las cosas, y también señalaron que es preocupante la falta de educación para la seguridad para los usuarios, la falta de privacidad de esos productos, que solamente la divulgación pública de la vulnerabilidad no es suficiente y que normas regulatorias también pueden traer conquistas importantes para el área.

La falta de orientación del usuario es uno de los factores que se resuelven con mayor facilidad, que le ofrecen a la persona el control sobre sus decisiones, y que al mismo tiempo le exigen mayor sensibilidad a las empresas.

Sería interesante mostrarle al cliente, por ejemplo, que si se mantiene un monitor de bebé electrónico, que hoy en día ya se puede conectar a Internet, inclusive todo el tiempo, un hacker puede pensar en invadir este dispositivo, y todo el comportamiento de una casa puede ser observado sin que el dueño del dispositivo lo sepa. Una cámara de un computador portátil es la misma cosa. El orientar a que simplemente se tapen esas cámaras con un obstáculo o un pedazo de papel cuando no están en uso, ya resuelve algunos factores fundamentales de seguridad.

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