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Historias que muevan, que resuenen. De eso se trata. Quizá tu medio sea un blog, un sitio web o un medio impreso. Da igual: quieres que tus palabras tengan un impacto en alguien. Que sean recordadas. ¿Cómo lograrlo? Un punto de arranque es averiguar qué dicen grandes autores sobre el oficio de escribir, de usar el lenguaje para impactar. No importa si tu intención es hacer un cuento, la entrada de un blog, una pieza de Storytelling o una novela. La escritura como medio de comunicación opera de manera similar en todos los casos, porque se trata de la misma materia prima: las palabras rebeldes, voluntariosas.

Por eso me di a la tarea de cazar lo dicho por cinco autores sobre su trabajo creativo. Si lo tuyo es generar contenidos, atender a estos viciosos de la escritura puede darte ideas valiosas.

  1. Toma notas

En el libro Así escribo (Ediciones Cal y Arena, 2015), el mexicano Alberto Ruy Sánchez lo llama Recolección de asombros. Se trata de ir por la vida con los sentidos abiertos, cazando sensaciones e imágenes. Tocarlo todo, olerlo todo y luego vaciarlo en notas. Fascinarse por historias incompletas, texturas, sabores, atmósferas, asociaciones. Interrogar en silencio a los que van dormidos en el metro. Todo ello volcado en libretas o archivos electrónicos de los que echar mano cuando por fin uno se sienta a escribir. Así, no se parte de cero.

  1. Lee como si mañana se acabara el mundo

En 1957, el enorme Truman Capote le dijo a la entrevistadora de The Paris Review que, además de escribir, sus actividades favoritas eran conversar, leer, viajar. En ese orden. Que leía demasiado, que diariamente devoraba “todos los periódicos de Nueva York”, más las ediciones dominicales y “unos cinco libros a la semana”. Sobre ese principio se basó su obra, una de las más sólidas e innovadoras de la literatura del siglo XX. Además, casi todos los escritores coinciden en la absoluta necesidad de leer para obtener ideas, estilo, novedad, ambientes. Es como el alimento indispensable de la creatividad.

  1. Evita las distracciones

Con sol o en tormenta. Sin ganas o con muchas. Con el alma podrida o en días perfectos. El asunto es escribir a diario, no dejar que la pluma se seque. O, por ser moderna, que el teclado se desafine. Vivir la escritura como una urgencia incurable. Esperar la inspiración es dañino y puede llevar a la parálisis creativa mientras llegan las musas, que acaso nunca vengan. En vez de esperarlas es mejor ser estrictos contra las distracciones. “Me prohíbo ver correos antes de una tanda de escritura: son tan peligrosos. Como si varias manos se agitaran llamando y uno no pudiera ser descortés. Tantas formas de boicotear la escritura que es preciso entrar en ella como quien se avienta a una alberca”, reconoce la narradora Mónica Lavín en Así escribo.

  1. Paséate por la vida

Germán Dehesa lo puso clarito: “Me siento naturalmente amistado con los escritores que van y vienen pareja y pendularmente de los libros a la vida; la vida de todos los días con sus guiños prodigiosos, sus silenciosas catástrofes, sus mujeres siempre florecidas, sus invitaciones al viaje, sus riesgos y aventuras y sus confortantes rituales […]” (Fallaste, corazón, Plaza & Janés). Es decir, cuanto más rico es el día a día, cuanto más cargadas de matices las experiencias, igualmente vibrante será la escritura que derive de ellas.

  1. Corrige sin piedad

En la pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara oí al escritor argentino-español Andrés Neuman afirmar: “Escritor no es el que escribe, sino el que corrige sus textos. Para mí, escribir es sinónimo de tachar”. Uno de los mayores riesgos a los que se enfrenta quien escribe es el de enamorarse tanto de sus palabras que no conserve la objetividad de conformarse, cortar, desechar. Antes de sentarte a escribir sácale punta al lápiz, pero ten todavía más afilada la goma de borrar. Sólo así podrás desarrollar un estilo de impacto.

Imagen: Pixabay

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