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Las leyes que regulan a estas aeronaves deja claros los pasos que debe dar un profesional para ganarse la vida pilote andolas. El reglamento actual aprobó con urgencia el año pasado para llenar un vacío legal demasiado evidente. La difusión en Internet de imágenes y vídeos captadas por drones ha despertado un fuerte interés por estos dispositivos.

Los drones de Phantom pueden sacar fotos e incluso grabar vídeos, tiene un costo aproximado de 600 euros. Aunque, en España, para pilotar estos aparatos hay que tener una licencia que se obtiene realizando un curso.

Esta formación debe realizarse en alguno de los centros homologados por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA). Incluso ya existe una Universidad, como la Politécnica de Valencia, que imparte un curso especializado en pilotaje de drones. Pero aún con licencia no es sencillo sobrevolar un dron. Entre otros requisitos, se necesita la autorización de la Subdelegación del Gobierno.

Estas normas no han sido problema para las empresas que ofrecen servicios utilizando estas aeronaves. Jaime Guillot, director ejecutivo de la empresa Drone Spain, calcula que el 90% de los negocios que ofrecen volar drones no están autorizadas para hacerlo por AESA. Guillot cuenta que uno de temores de los que trabajan legalmente con drones es que alguien sin los conocimientos necesarios provoque un accidente.

Por lo tanto, resulta vital el desarrollo de tecnología específica destinada a mejorar la seguridad de estos aparatos. Una que se ha demostrado efectiva es RealSense, de Intel. Se trata de un sistema que permite analizar el espacio tridimensional que rodea a un dispositivo. En las pruebas realizadas se ha podido ver cómo un drone lograba volar entre los árboles de un bosque sin chocar contra ellos.

Uno de los retos a los que se enfrentan los legisladores es la llegada de los minidrones. Ya es posible comprar a un precio accesible numerosos dispositivos voladores que pesan menos de 100 gramos, como el Rolling Spider de Parrot. En los próximos meses se espera que amplíen sus funciones y haya una auténtica avalancha de estos dispositivos.

Entre las cuestiones que los hacen más atractivos está la posibilidad de captar imágenes desde puntos de vista poco comunes. Precisamente esa es la idea que impulsa a Nixie, un dron en desarrollo tan diminuto que puede llevarse en la muñeca enrollado como una pulsera. A pesar de su pequeño tamaño sus creadores dicen que es capaz de grabar vídeo con resolución Full HD. Aunque aún no hay fecha para su comercialización parece que la cosa va en serio. Los creadores de Nixie recibieron 500.000 dólares (458.000 euros) al ganar un concurso de proyectos convocado por Intel.

Un producto mucho más maduro es Zano, que se presenta como una solución para realizar fotografía aérea personal. Pesa 55 gramos y cabe en la palma de la mano. Entre las medidas de seguridad que incorpora este drone en miniatura está volar en dirección al móvil con el que se controla si se aleja demasiado, pierde la señal o se está quedando sin batería.

Su cámara de cinco megapíxeles no parece que sea ninguna maravilla, pero al menos permite al drone de Zano grabar vídeos con resolución 720p. También cuenta con un sistema de iluminación mediante leds para mejorar las imágenes que capta con poca luz. Aunque estas luces también están pensadas para ayudar a que no se le pierda de vista. En Kickstarter ya se han vendido miles de unidades. Su precio es aproximadamente de 230 euros. Ahora toca esperar que los legisladores definan con claridad quién podrá jugar con estos tecnologicos dispositivos.

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