Por Luis Silvestre, Domain Pre-Sales Principal Consultant en FICO
En 2025, la confianza digital dejó de ser un concepto abstracto para convertirse en una palanca concreta de valor, competitividad y continuidad operativa. En un mundo más conectado, desigual, acelerado y fragmentado, las instituciones financieras se enfrentan a una decisión urgente: o construyen arquitecturas de confianza inteligentes o seguirán desperdiciando energía, presupuesto y credibilidad intentando contener los riesgos con herramientas desconectadas y normas rígidas.
En este escenario, la prevención del fraude, la gestión de identidades y la integración de tecnologías emergentes requieren más que simples soluciones técnicas; requieren una nueva arquitectura estratégica.
El fraude como reflejo sistémico
El fraude no es un fenómeno aislado; es un efecto secundario de los cambios sociales, tecnológicos y económicos. A mayor digitalización, mayor riesgo de robo de cuentas. Cuanta más inteligencia artificial generativa (GenAI) caiga en manos indebidas, más sofisticadas serán las estafas. A mayor cantidad de deepfakes, mayor será la crisis de confianza.
Ante esto, una prevención eficaz no puede basarse únicamente en modelos históricos o alertas transaccionales. Requiere interpretar el contexto, analizar los desencadenantes, adaptarse constantemente y tomar decisiones en tiempo real.
Las 6 “E” de la prevención moderna
Adam Davies, de FICO, propone un modelo que resume con precisión los pilares de la madurez antifraude. Estas son las 6 “E” de la Prevención del Fraude Empresarial, un marco que sirve de guía para los líderes:
Pilar | Valor entregado al negocio | |
Enrichment | Datos contextuales, priorizados por API y listos para el cumplimiento (PII, PCI, GDPR) | |
Explainability | Decisiones auditables y defendibles ante reguladores y clientes | |
Extensibility | Estrategias evolutivas sin dependencia exclusiva de las TI | |
Execution | Performance en escala con gobernanza y respaldo inteligente | |
Effectiveness | Tratamiento adecuado, en el momento adecuado, priorizando los riesgos | |
Engagement | Comunicación proactiva y empática con el cliente final | |
Estos pilares sólo funcionan si hay orquestación, el motor que conecta datos, reglas y decisiones con fluidez, inteligencia y propósito.
Orquestación: del Middleware a la estrategia
Orquestar no se trata sólo de integrar sistemas, sino es dar sentido a lo que está conectado. Se trata de construir una lógica modular, observable y adaptativa que permita:
- Unificar las señales internas y externas
- Modular los flujos y las decisiones con la lógica de negocio
- Garantizar la gobernanza: rollback, control de versiones y trazabilidad
- Activar al cliente final en tiempo real, en los canales adecuados
En este nivel de sofisticación, es posible incorporar nuevos paradigmas como la Identidad Autosoberana (Self-Sovereign Identity o ‘SSI’).
SSI: La identidad como arquitectura de confianza
En el modelo SSI, el individuo comparte únicamente atributos verificables, no datos sin procesar. Nada se almacena centralmente. Esta lógica permite verificaciones contextuales y condicionales, que se activan sólo cuando es necesario.
La SSI, combinada con la orquestación, redefine el rol de la identidad digital: menos fricción, más privacidad, más soberanía.
La modernización es evolutiva… y costosa.
El entusiasmo por la GenAI se enfrenta a un freno silencioso: el legado técnico y la falta de orquestación. Según el informe The Code to Unlock GenAI (SnapLogic, 2024):
- 64 % de las empresas aún operan con sistemas heredados en áreas críticas.
- 79 % evita cambiar los canales por falta de documentación.
- 50 % de los equipos de TI pierde tiempo en mantenimiento básico.
Sin una capa de orquestación que absorba este legado y publique datos con confianza, no existe IA que escale.
Zeitgeist 2025: La confianza necesita ser programada
El espíritu del tempo (“zeitgeist”) actual exige arquitecturas antifraude y de identidad que absorban estas tensiones sociales y tecnológicas:
Tendencia sociotecnológica | Implicación estratégica |
Aceleración digital | Decisiones auditables y adaptables |
Erosión institucional | Nueva gobernanza a través de SSI |
Economía creativa | El cliente exige control, no vigilancia |
Demanda de resiliencia | Las infraestructuras deben estar distribuidas y ser seguras |
Fatiga digital | La experiencia del usuario debe ser fluida, con mínima fricción. |
El riesgo invisible: interruptor de seguridad y dependencia crítica
El surgimiento de propuestas legislativas que contemplan un “kill switch” pone en evidencia un nuevo riesgo regulatorio: la interrupción forzada de servicios digitales esenciales.
Si su motor de verificación de identidad o antifraude depende de un único proveedor o API, el impacto de un bloqueo podría ser catastrófico.
La orquestación es la única arquitectura capaz de redirigir los flujos y mantener la continuidad de las decisiones críticas bajo presión.
Conclusión: La arquitectura es confianza
- La orquestación no es middleware. Es estrategia.
- La SSI no es hype. Es soberanía digital.
- La integración con sistemas heredados no es una debilidad. Es inteligencia operativa.
Los líderes que comprendan este nuevo código, la arquitectura orquestada, la identidad autogestionada y la integración pragmática no sólo reducirán el fraude. También aumentarán los márgenes, acelerarán la innovación y reconstruirán la confianza con quienes más importan: los clientes.
La confianza del futuro será programable, interoperable y autogestionada. Y su arquitectura comienza ahora.