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Por Dave Russell, vicepresidente de Estrategia Empresarial de Veeam

En el panorama digital que actualmente evoluciona a pasos agigantados, las organizaciones enfrentan cada vez más la necesidad de implementar estrategias para administrar y proteger su información. Esto se torna vital dado que el ritmo de crecimiento de los datos no está bajando: IDC[1] predice que la esfera global pasará de 33 a 175 zettabytes, entre 2018 y 2025 lo que se aúna al entorno empresarial altamente competitivo.

Construir bases digitales sólidas centradas en disponibilidad de datos será esencial para el futuro de los negocios. Las empresas requieren implementar estrategias efectivas que les ayuden a llegar a la información correcta en el momento exacto, y garantizar su recuperación ante pérdida o daño.

El Reporte de Administración de Datos en la Nube 2019, de Veeam, encontró que la mayoría de las organizaciones a nivel global (73%) y en México (83%) no pueden satisfacer la demanda de los usuarios de contar con un acceso ininterrumpido a aplicaciones y datos, pero 44% y 66%, respectivamente, consideran que la Gestión Inteligente de Datos será crítica para su éxito en los próximos 2 años. Para que estas iniciativas sean victoriosas, conviene tomar en cuenta una serie de componentes que no sólo abarcan tecnología sino también personas y cultura de la organización.

Componente 1: el ascenso a la nube

La Gestión de Datos en la Nube, parte intrínseca de la Gestión Inteligente de Datos, habilita la disponibilidad en todo el negocio. Sea que se trate de un enfoque híbrido, de nube o multi-nube, los líderes reconocen ventajas que van desde la confiabilidad y flexibilidad hasta los costos competitivos y la seguridad de los datos puesto que la nube les permite administrarlos y ubicarlos donde brindarán el mayor valor.

Una organización puede agregar grandes cantidades de información, pero si no tiene una manera eficiente de almacenarla y hacerla accesible para los usuarios de negocio, se volverá contra ellos. Tener datos almacenados mediante un proceso confiable y manejable se correlaciona directamente con la estabilidad corporativa y optimiza la capacidad de pronosticar y tomar decisiones mejor informadas.

Componente 2: las capacidades son importantes

De acuerdo con Veeam, a nivel global los líderes empresariales gastarán un promedio de $41 millones de dólares en la implementación de tecnologías para ayudar a transformar sus operaciones en los próximos 12 meses. En México la cifra es similar, alcanzando los $38 millones de dólares. Sin embargo, para que estas tecnologías tengan el impacto de negocios esperado, las organizaciones deben invertir también en su talento, al que es preciso dotar de las herramientas y capacitación necesarias para nutrir sus habilidades para administrar con éxito nuevos programas.

El resultado de este viaje digital está intrínsicamente relacionado con el nivel de capacidades tecnológicas de su base de usuarios. Mejorar las habilidades digitales del personal será vital para el éxito; después de todo, las personas son las que hacen que un negocio prospere y avance.

Componente 3: hacia una cultura basada en datos

La cultura empresarial debe dar la bienvenida a la innovación, apoyando la introducción de nuevas tecnologías y acelerando el proceso de transformación digital.

A medida que las compañías avanzan a través de esta evolución, su cultura necesita estar más impulsada por los datos. Éstos requieren administrarse, analizarse y utilizarse para informar más rápido y tomar decisiones más efectivas. Está en manos de los ejecutivos de nivel C el transmitir esta forma de pensar.

Componente 4: la confianza es esencial

El nivel de confianza con respecto a la capacidad de un negocio de enfrentar los desafíos digitales aumenta naturalmente a medida que las empresas progresan en su transformación digital. Sin embargo, los riesgos potenciales también se incrementan.

Abordar los primeros 3 componentes no sólo da mayor tranquilidad internamente, sino que también la da a clientes y socios. Invertir en soluciones robustas, escalables y flexibles para resolver temas de misión crítica, mientras se asignan recursos para optimizar las habilidades internas, sentará las tan necesarias bases digitales sólidas.

Maximizar el valor de los datos nunca ha sido tan importante como ahora y, conforme las organizaciones dan un salto en su viaje digital y trabajan para convertirse en negocios más inteligentes, necesitan confiar en que su información estará disponible cuando la necesiten. La tecnología, las personas, las nuevas capacidades y una gestión basada en datos ayudarán a dar los pasos necesarios para habilitar a la próxima generación de disruptores e innovadores de la industria.

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